Tamara Falcó, tal y como anunció hace tiempo, padece de problemas de tiroides, algo que la ha llevado a coger algunos kilos de más en varias ocasiones. Finalmente, este verano la hija del marqués de Griñón ha decidido alejarse de los medios e ingresar voluntariamente en la Clínica Buchinger situada en Marbella con el objetivo de recuperar de nuevo su figura y perder los aproximadamente los ocho kilos que había ganado.
Esto es algo que ha hecho que no haya sido un verano fácil para Falcó, quien se ha centrado en trabajar en su figura. "Tamara no se siente bien con su cuerpo actual porque ella siempre ha estado más delgada. Los amigos le dicen que está bien, pero tener una madre como la suya o una hermana como Ana, con unas medidas tan controladas, no ayuda demasiado", aclararon fuentes cercanas a la socialité, según recoge LOC.
Su batalla contra los kilos
No es la primera vez que la hija de Isabel Preysler ingresa en esta Clínica. En 2016 vimos una figura muy alejada a la que nos tenía acostumbrados ya que llegó a engordar hasta 20 kilos. "He aprendido a amar las curvas", dijo por aquel entonces la diseñadora. Pero parece que aun así, Falcó continúa luchando para conseguir ganar la batalla a los kilos que su enfermedad la ha producido en varias ocasiones.
Mario Vargas Llosa, la actual pareja de su madre, es un declarado fan del método Buchinger, incluso ha dado conferencias en la clínica donde aseguró: "Ayunar es un placer". Esta clínica es famosa por su ayuno terapéutico que se basa en agua y una variante suave, que aporta al organismo unas 250 kcal diarias en forma de zumos de frutas recién exprimidos y caldos vegetales. Además, según las necesidades se complementan con proteínas, micronutrientes, líquidos...