La socialité está pero que muy ilusionada después de haber encontrado el amor de nuevo al lado de un aristócrata y biólogo.
Es un hecho que Tamara Falcó está enamorada y así lo ha hecho saber en uno de los últimos eventos a los que ha acudido. Después de que publicara una imagen con un hombre misterioso, se confirma que tiene una nueva ilusión en su vida y parece que la cosa va en serio. Aunque parece que quiere ser discreta, no ha podido evitar hablar de su chico, diciendo: "No quiero hablar mucho de eso porque ya dije en su momento que es una persona muy privada". Cuando una de las periodistas del evento le ha dicho que tiene muy buen gusto en cuanto a su pareja, ha dicho: "Ay, qué bien, pues muchas gracias". Y hablando de dar pasos, su madre, la socialité Isabel Preysler, ya sabe quién es el novio de su hija: "Sí, ya le conoce mi madre, les he presentado". Además cuenta con el apoyo de su abuela: "Mi abuela está encantado siempre cuando nosotros estamos felices".
La publicación de una foto con su pareja ha sido un gran paso y el motivo por el que decidió hacer pública su relación de esta manera no es que esté claro. Ahora, un poco arrepentida, cuenta cómo fue publicarla: "La verdad es que lo tenía que haber pensado más como muchas de las cosas que hago, pero era un momento muy bonito, me encantó la foto y bueno, me pareció el momento correcto". Tan bien les va que incluso se han ido juntos de viaje: "Éramos un grupo grande de amigos, pero de viaje conoces mejor a la persona, todo muy bien". Pasos importantes
En cuanto a los planes de futuro, parece que no le importaría casarse: "Encontrar a la persona para formar una familia, bueno, además de que esté enamorada, es precioso, no solamente que le guste a mi madre". Aunque ella no ha querido decir su nombre, se sabe que se llama Iván, que es aristócrata, biólogo y un apasionado del deporte. Aunque nació en Berna, Suiza, ha vivido toda su vida en España y posee la nacionalidad. Por otro lado, la revista ¡Hola! ha publicado unas imágenes de ellos dos en la calle y agarrados de la mano, por lo que todo parece ir de maravilla.