Los recién casados han iniciado su luna de miel con un contratiempo que hacía años que no sucedía.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva por fin son marido y mujer. Después de un largo camino lleno de obstáculos, la marquesa de Griñón y el empresario ya pueden disfrutar de su vida como recién casados y lo primero que han hecho ha sido poner rumbo a su luna de miel, que en teoría durará un mes, ya que tienen que regresar en agosto para la boda de una de las mejores amigas de Tamara Falcó.
Las cámaras ya han podido captar a los recién casados muy felices entrando al aeropuerto de Madrid para poner rumbo a su luna de miel. Sin embargo, los recién casados se han topado con una ola de frío y nieve en su llegada a Johannesburgo, algo que no ocurría desde 2012. El mal temporal de la ciudad ha obligado a Tamara Falcó y a su esposo a tener que abrigarse al máximo si no quieren ponerse malos y fastidiar su idílica luna de miel.Y este no es el único inconveniente con el que se han encontrado en plena luna de miel, pues Tamara Falcó se ha quedado sin personas para que la reformen su ático mientras se encuentra disfrutando de su luna de miel con Onieva. Al parecer, unas amigas eran las que se iban a encargar y de la noche a la mañana les dijo que quería el ático listo cuanto antes y al ver que no iba a poder ser se quedó sin reforma, por lo que a su llegada de la luna de miel no podrán mudarse a dicho ático por el momento.
Tamara e Íñigo, felizmente casados
La boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha acaparado todas las miradas después de que la celebración de festejos se prolongase durante tres días seguidos. La pareja celebró una preboda en el Hotel Ritz de Madrid con amistades y algunos miembros de la familia. Después, el gran día tuvo lugar en El Rincón, donde todo estuvo calculado al máximo para que no se filtrara nada de los novios a los medios.
No cabe duda de que se ha tratado de una de las bodas del año, sobre todo por los obstáculos que se han presentado: la infidelidad por parte de Íñigo Onieva, la consecuente ruptura y la posterior reconciliación, así como todos los problemas con el vestido de novia que ha tenido Tamara Falcó. Pero como dice el dicho, después de la tormenta llega la calma, y por fin ha llegado el momento más esperado para los novios: la luna de miel.