Los dos han tenido una disputa en un conocido restaurante de Madrid, donde sorprendieron los aspavientos que hacían ambos. Y es que pese a que todo parecía ir sobre ruedas, también tienen sus momentos, como cualquier otra pareja, en los que no están de acuerdo y se cantan las cuarenta. Si bien es cierto, en sus redes sociales solo tiene cabida la parte más dulce de sus vidas.
Según ha contado Pedro Jota en el podcast 'En todas las salsas', la pareja fue vista haciendo gestos raros, como si estuvieran discutiendo, y la cosa se fue tensando cada vez más. "Me cuentan que supuestamente Tamara Falcó e Íñigo Onieva tuvieron una discusión en un restaurante del centro de Madrid, en la calle Jorge Juan, hace unos días", comenzaba diciendo.
"No fue una discusión a gritos porque ellos nos discuten así. Pero estaban teniendo una discusión y salieron cada uno por un lado del restaurante. Él fue el primero en salir en un taxi y ella se quedó y luego salió del restaurante acompañada de dos amigas", ha seguido diciendo en el espacio. "A la gente le llamó la atención los aspavientos que hacían", ha comentado, ya que además no se encontraban en un reservado, sino en una zona que estaba a la vista.
Lo cierto es que no es un secreto que discuten y justo unos días atrás ella misma había hablado de cómo son las discusiones en su matrimonio. "Cuando estoy enfadada odio que me pregunten si estoy enfadada. Es que nuestros cambios hormonales como mujeres son difíciles de controlar. Íñigo tiene la mecha mucho más corta que yo, pero yo tardo mucho más en desenfadarme. Yo puedo estar hasta que se levanta, me abraza y me pregunta: '¿Podemos pasar ya de esto?'. Tardo. Yo puedo pasarme un montón de tiempo", comentó.
Ella es muy rencorosa
Parece que la Marquesa de Griñón es de armas tomar, y así lo recalcaba: "En mi cabeza yo soy jueza y decido qué está bien y qué está mal. Dicto sentencia. Siempre o bastantes veces, tengo razón. Me atrevería a decir que un 98% de las veces".