Tamara Falcó e Íñigo Onieva frenan su camino hacia la paternidad por recomendación médica

Tamara Falcó e Íñigo Onieva han decidido pausar, al menos temporalmente, el tratamiento que estaban siguiendo para convertirse en padres. La marquesa de Griñón, de 43 años, y el empresario contrajeron matrimonio en julio de 2023 en una ceremonia celebrada en el Palacio de El Rincón y desde entonces han compartido públicamente su deseo de formar una familia. Tamara, especialmente comprometida con su fe católica, había optado por una vía de fertilidad respetuosa con sus valores: la Naprotecnología, un método natural que estudia y trata las causas de la infertilidad sin recurrir a técnicas invasivas como la fecundación in vitro.

Sin embargo, según ha revelado la periodista Leticia Requejo, la pareja se ha visto obligada a detener este proceso tras la recomendación de la ginecóloga de la marquesa. El tratamiento, que requiere una vida ordenada, horarios estables, calma y un entorno equilibrado, choca directamente con el estilo de vida actual del matrimonio. Las múltiples responsabilidades sociales de ambos, especialmente de Íñigo, han interferido con las exigencias del método, dificultando su correcto seguimiento y reduciendo sus probabilidades de éxito.

Posible crisis

Íñigo Onieva está inmerso en el desarrollo de su nuevo negocio, que le exige largas jornadas, muchas de ellas nocturnas. A eso se suma su dedicación al deporte, participando recientemente en pruebas como el Ironman de México. Esta agenda tan apretada ha hecho que Tamara no reciba toda la atención o compañía que desearía durante esta etapa tan importante, algo que, según fuentes cercanas citadas por 'Tardear', habría generado cierto distanciamiento en la pareja. Aunque desde su entorno niegan que exista una crisis matrimonial, sí reconocen un cambio de ritmo y de prioridades que ha afectado a sus planes familiares.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva en Venecia

Tamara nunca ha ocultado su deseo de ser madre, pero también ha dejado claro que no está dispuesta a renunciar a sus principios religiosos en el proceso. Por eso eligió métodos que, como la Naprotecnología y el sistema Creighton, no involucra manipulación de embriones ni técnicas artificiales. La marquesa incluso se trasladó a Barcelona para ponerse en manos de un especialista que, junto al terapeuta Xavi Verdaguer, trabaja en profundidad desde una perspectiva espiritual. Sin embargo, su paciencia y fe juegan un papel clave: "Estamos deseando ser padres pero también es verdad que hay ciertas cosas que si no pasan... pues es que no son para nosotros y ya está."

Tamara Falcó e Íñigo Onieva, muy románticos en su viaje a Bali

Con esta pausa en su tratamiento, la pareja se da tiempo para reordenar sus prioridades y adaptarse a su nueva vida como matrimonio. No se descarta que retomen el proceso en el futuro, pero por ahora, Tamara e Íñigo han optado por frenar y respetar los ritmos que su situación actual les impone. Una decisión basada no solo en la lógica médica, sino también en su compromiso personal, emocional y espiritual con este proceso tan íntimo.