La socialité ha conseguido cumplir un sueño gracias al legado que dispuso su padre antes de morir para ella.
Por fin Tamara Falcó puede decir por todo lo alto que es la nueva Marquesa de Griñón de manera oficial, tomando el relevo de esta manera a su padre, Carlos Falcó, que murió en marzo de 2020 tras contagiarse de coronavirus. De esta manera ha comenzado a formar parte de la nobleza española, dando paso a una nueva etapa para ella muy especial y emocionante.
Con este título se ha convertido en la VI Marquesa de Griñón, y aunque suene a mucha responsabilidad de momento este título no va a cambiar su rutina, colaborando en 'El Hormiguero' en la tertulia que dan paso con Nuria Roca, Pablo Motos y Juan del Val. Será en el espacio en el que ha empezado a trabajar en el que podrá decir de manera pública sus primeras palabras como marquesa, algo que seguro que vive con mucha expectación. En el momento en el que supo que se quedaría con este título nobiliario por decisión de su padre lo hizo saber a través de las redes sociales con unas bonitas palabras de agradecimiento: "Gracias Papi por dejarme el legado más bonito que se le puede dejar a una hija: tu amor", y esto lo dijo en el momento en el que falleció el aristócrata añadiendo varias fotografías junto a él. Lo cierto es que desde que se enteró ha dejado claro que está muy feliz porque su padre en vida pensó en ella para dejarle este legado y la responsabilidad de poseer este título.
Padre e hija tenían una fuerte unión y esta es una clara evidencia, puesto que Carlos Falcó tiene otros cuatro hijos: Xandra, Manuel, Duarte y Aldara, aunque a ellos les ha dejado otros títulos, posesiones y responsabilidades, ya que su hija Xandra Falcó se ha convertido en Presidenta del Círculo Fortuny tras morir su padre, que fue el gran impulsor de esta asociación creada en 2009 para promover las marcas de lujo tanto dentro como fuera de España, y no solo en el aspecto comercial, sino también cultural.Un legado único
La muerte del Marqués de Griñón supuso un duro golpe para la familia y más porque tuvieron que estar separados de él en el último momento de su vida por la pandemia del coronavirus. La despedida fue muy dolorosa y cauta puesto que no pudo ser un funeral multitudinario como hubiese ocurrido en unas circunstancias normales. Ahora su hija, ocho meses después de su muerte, ha cumplido un sueño gracias a él poniéndose al frente de su marquesado de Griñón.