La Marquesa de Griñón ha decidido celebrar su boda en otra fecha, aunque eso le genere problemas con algunas marcas.
Tamara Falcó ha decidido posponer su boda con Íñigo Onieva del 17 de junio al 8 de julio de 2023, y lo ha hecho pensando en una de sus mejores amigas, Isabelle Junot, que tiene previsto dar a luz a su bebé a mediados de junio a su primer hijo, fruto de su relación con Álvaro Falcó, que además es primo hermano de la novia.
Pese a que en un primer momento la pareja iba a mantener la fecha que marcaron en ele calendario antes de su escandalosa ruptura, finalmente la han cambiado, así tendrán un margen un poco más grande de preparar todo, y se asegura en cierto modo que Junot pueda acudir, si bien es cierto, un parto es impredecible y tampoco sabe cómo van a ir las cosas. Mientras, esta decisión tiene consecuencias, sobre todo económicas, porque cabe recordar que Tamara Falcó tiene muchos contratos publicitarios y que sus negocios a costa de su boda pueden verse trastocados. Según ha adelantado Alessandro Lequio en 'El programa de Ana Rosa', Tamara Falcó ya ha comenzado a enfrentarse a los primeros problemas derivados de este cambio en la fecha.
"Tamara ha cabreado y mucho a sus patrocinadores. Son muy conscientes de que junio es un mes mucho más rentable que julio, porque la publicidad cae por las vacaciones", ha dicho el colaborador, y es que la excusa que se ha buscado Tamara Falcó para justificar el cambio de fecha no ha gustado nada. "La disculpa que ha dado es de lo más absurdo. Todos sabemos que un parto es de lo más impredecible", ha terminado diciendo el televisivo. Sacará un buen beneficio económico
Lo cierto es que a pesar de este contratiempo, sabe que sacará un buen rédito económico a su boda, como bien ha aprendido de su madre Isabel Preysler, reina de las portadas y exclusivas. Su enlace con Onieva genera mucha expectación después de su sonada ruptura y posterior reconciliación, por lo que seguro que su enlace será bien pagado.