Después de que Tamara Falcó e Íñigo Onieva se casaran en julio de 2023, aún hay algunos detalles que no han llegado a conocerse. La socialité ha concedido una entrevista a la revista ¡Hola! para enseñar su nueva casa, un ático que comparte con su marido y que además se encuentra muy cerca de la mansión de su madre en Puerta de Hierro. Su vivienda, pese a no ser muy grande, cuenta con todos los detalles y eligió tener una cocina completamente equipada ahora que es una chef experta.
La decoración de su casa es muy exclusiva, es por eso que tiene algunas piezas que merecen una mención especial. En cuanto a cuál es su pieza favorita en ese sentido, ha dicho: "Los cuadros de Carla Cascales, que los compré hace tiempo. Vi su obra hace mucho y me enamoré. Estos cuadros viajan muy bien en el tiempo conmigo".
Pero para no hacer el feo a su suegra, ha querido recordar una escultura que Carolina Mola les regaló a ella y a Onieva con motivo de su matrimonio, es por eso que ha dicho: "También tengo la escultura que nos regaló la madre de Íñigo por la boda. Se la encargó al tío de Íñigo y es una escultura muy bonita que se llama 'Matrimonio en equilibrio'. Después, hay otras piezas que he ido coleccionando poquito a poco", ha recalcado.
De esta manera ha revelado qué detalle quiso tener con ellos la madre de Íñigo Onieva en una fecha tan señalada, pensando también en que podría encajar muy bien en esta vivienda que en el momento de la boda se encontraba en proceso.
Su marido no ha aportado prácticamente nada
Mientras tanto, no ha pasado por algo hablar de los gustos de su marido, que no hay que olvidar que es diseñador, es por eso que la Marquesa de Griñón ha hablado de sus aportaciones a la casa: "Cuando Íñigo vio la propuesta, todo ya estaba decidido entre Bea y yo. Pero le encantó. Al ser diseñador, sabe apreciar el diseño. Me imagino que si hubiéramos hecho una casa conjunta él y yo, habría quedado distinta. Pero es que el concepto de la casa se decidió cuando habíamos roto", por lo que no habría tenido mucha opinión.