La ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa se ha convertido en una gran sorpresa, puesto que han finalizado una relación de casi ocho años. Los dos lo han confirmado, pero lo que aún sigue en duda es la causa que les habría llevado a tomar dicha decisión, separando sus vidas para siempre.
Mientras la opinión está dividida, porque hay quienes señalan a los celos desmedidos de Vargas Llosa como la causa de la separación, hay quienes dicen que ha podido ser por otra cosa. Por otro lado, a Isabel Preysler le molesta que la acusen de querer casarse con el el actor para ser ' algo más que la amante ', porque ella no ha tenido nunca intención de casarse. Se ha dicho también que Mario Vargas Llosa estaba cansado del entorno de Preysler y ha salido a la luz un cuento que publicó en 2020 con cierto aire premonitorio, en el que el protagonista se arrepiente de haber abandonado a su mujer por otra.
La última en ser señalada en todo esto ha sido Tamara Falcó, quien ha sido tachada como la auténtica causante de la ruptura de su madre con Mario Vargas Llosa. La ya expareja habría tenido un desencuentro en el congreso católico del que la Marquesa de Griñón formó parte, dando paso a unas polémicas declaraciones. " Las declaraciones de Tamara en México avergonzaron a Mario y él así lo expresó ", han dicho desde su entorno.
Así que a la socialité le molestó enormemente que no apoya a su hija: "Isabel y sus hijas no perdonan a Mario, ni lo harán, que no apoyara a Tamara en público y que la criticara en privado. Es muy injusto, él ha apoyado a Tamara hasta en su reality ". En este sentido, se ha señalado que la Marquesa de Griñón ha tenido mucho que ver en la ruptura entre los dos y que ha sido el centro de algunas de sus broncas.
Tensiones en la familia
También se ha hablado como detonante una escena que se vivió a finales de noviembre en Villa Meona con Ana Boyer de testigo. Lo cierto es que no hay nada claro, pero que Tamara Falcó haya estado en los últimos meses en el foco de la noticia no le ha gustado nada a Vargas Llosa, que prefiere vivir ajeno a la prensa rosa.