La pareja estaba en un momento muy bonito pero no hizo falta esperar mucho para que se estropeara. Al día siguiente, un vídeo de Íñigo Onieva besándose con otra mujer en un festival de música provocó un auténtico terremoto e hizo tambalear los cimientos de la relación. Sin embargo, la pareja tenía que acudir a una boda esa misma tarde y lo hicieron juntos, de la mano y aparentando normalidad.
El empresario fue el que tomó la palabra y se dirigió a los medios para decir que el vídeo era del año 2019 y que se iban a casar le pesase a quien le pesase. Pues bien, parece que las cosas no están tan claras porque el sábado 24 de septiembre Tamara Falcó tomaba una drástica decisión en la época en la que estamos: borrar la publicación de Instagram en la que anunciaba su compromiso con Íñigo Onieva mostrando su anillo y dándose un tierno beso.
A casa de su madre
Además, en esta vorágine de acontecimientos, la revista Semana ha publicado que Tamara Falcó se habría marchado a casa de su madre, Isabel Preysler, para tomar distancia de la situación y, probablemente, para que le aconseje como solo sabe hacer una madre. No cabe duda de que el que tendría que ser el momento más feliz en la vida de ambos se ha torcido por las malas acciones de Íñigo Onieva, que están prácticamente probadas.