La hija del famoso hombre de negocios goza con un reality propio en la televisión británica llamado 'El mundo de Tamara'. Esta nueva entrega nos ha dejado una nueva anécdota en la vida de Tamara Ecclestone, y es la estrecha relación que mantiene con su hija Sophia. Madre e hija están unidas por un vínculo muy especial, casi inquebrantable, y esto es algo que no acaba por gustar del todo a su marido, Jay Rutland.
Tamara Ecclestone y su familia en MykonosEl padre se mostraba bastante molesto después de que, en la última entrega del show, se viera obligado a abandonar el lecho conyugal. El principal motivo de esto fue el hecho de que la pequeña de la familia decidiera que quería dormir con su madre. Ante esto, la heredera de Bernie Ecclestone no dudó en pedirle a su marido que durmiera en el sofá del salón y las dejara a ellas en la doble cama matrimonial. La hija del que fuera director ejecutivo de la Fórmula 1 declara que ella durmió con su progenitor hasta los nueve años.
La modelo admitió llena de orgullo que su hija es más que una mejor amiga y con ella comparte la mayor parte de su día a día. Esta estrecha relación que ambas mantienen provoca que Jay Rutland se sienta excluido durante todo el episodio. El empresario dice vivir un auténtico sufrimiento y sentir como 'una puñalada' el hecho de que las dos mujeres de su vida se unan cada vez más sin contar con él. Por ello, afirma que estaría encantado de volver a ser padre y poder disfrutar de una relación así con un niño.
Tamara Ecclestone y Jay Rutland paseando con su hija Sophia por Saint TropezDetalles que molestan
La división familiar se hace evidente a cada detalle. En la misma entrega del reality, el empresario se percató de que su hija lleva un relicario en cuyas fotos aparecen solo ella y su madre. Asimismo, afirmaba estar convencido de que su mujer disfrutaba con estos detalles y los aprovechaba, en más de una ocasión, para burlarse de él. Ante las quejas de su marido, Tamara Ecclestone reflexionaba que no se trataba más que de un detalle natural, dado que dentro del colgante estaban grabados su nombre y el de Sophia.
