Motivadas por el mundo de la música
La música ha sido, es y seguirá siendo uno de los pilares fundamentales en la vida de Isabel Pantoja. Una motivación que le ha acompañado durante los momentos más importantes -y también complicados- de su vida y que parece heredarla de personas tan significantes para ella como su madre, más conocida ante los medios como Doña Ana. Y es que el hecho de convertirse en su fiel compañera a lo largo de toda su carrera musical, guiándole y aconsejándole en cada una de sus compromisos profesionales, tuvo mucho que ver con la gran pasión que la matriarca sentía por este mundo artístico.
Un sentimiento que le acompañaba desde bien joven y al que quiso unirse también, durante muchos años, encarnando la figura de 'madre de la artista'. Así, a pesar de dedicar muchas horas de su vida al negocio familiar, ayudando a su padre El Lechuga con la venta de verdura en el mercado, la abuela de Kiko Rivera, Anabel y Chabelita Pantoja también supo muy bien cómo dar sus primeros pasos dentro del mundo del 'artisteo', bailando en las compañías de Juanita Reina y Pepe Pinto de forma ocasional. Y quizás fuera a partir de ese momento cuando la pasión por los escenarios y la entrega del público hicieron que Doña Ana desarrollara un sentimiento tan especial por esta profesión.
Madre e hija inseparables
Pero mucho antes de que la música y los escenarios se convirtieran en las dos grandes pasiones de este dúo madre e hija, hay también que conocer las pinceladas del pasado que llevaron a ambas a buscar salida al gran talento de la tonadillera. Doña Aña, por aquel entonces conocida como Ana 'La Melones', ayudaba a su padre en la frutería que tenía en el mercado de Sevilla. Un trabajo que no se encontraba entre las metas profesionales de la matriarca pero que, al menos, le servía para poder mantener a sus cuatro hijos.
Fue entonces cuando las dotes musicales de su pequeña comenzaron a tener protagonismo entre sus planes de futuro, sabiendo que la joven Pantoja guardaba en su interior algo tan grande como para poder alcanzar la fama. Dicho y hecho. La madre de Isabel Pantoja se convertía entonces en la gran inseparable de su querida hija. Con tan solo 7 años, el Teatro Álvarez Quintero de Sevilla descubría así a una gran artista, en un concierto celebrado en homenaje a Dolores Abril y Juanito Valderrama. A partir de entonces, la matriarca de los Pantoja no quiso separarse ni un solo momento de su pequeña, acompañándole en cada uno de sus compromisos musicales. Doña Ana observaba y controlaba cada detalle, tal y como se refleja en la biografía 'La Pantoja' escrita por Sol Alonso.
Tanto que no solo le gustaba estar al corriente de todo lo que tenía que ver con sus conciertos y actuaciones, sino también con todo aquello relacionado con sus relaciones personales. De esta forma, siempre presente a pie de escenario y en el camerino, a Doña Ana le gustaba tomar parte en todo lo que tuviera que ver con su hija Maribel, como así la conocen sus más allegados. Se llegaba a decir incluso que no había hombre que se acerca a Pantoja mientras su madre estuviera en su compañía, controlando cada paso que daba para no desaprovechar la oportunidad de su éxito. Era la voz que hacía y deshacía, que autorizada y desautorizaba. Sin duda, una pieza fundamental para la carrera de esta gran artista.
Doña Ana, una pieza fundamental entre los Pantoja
Que Doña Ana es profundamente querida por casi todos los integrantes de la familia Pantoja es bien conocido por todos. Y las noticias relacionadas con el estado de salud de la matriarca dan muestra de ello. Una situación ocurrida en otoño de 2019 que mantuvo en vilo tanto a familiares como a los propios medios de comunicación desde hace ya muchos días y que ha hecho que la unión se apoderase, más que nunca, de todos los Pantoja.
Y sobre todo en lo que respecta a sus seres queridos más cercanos, con Kiko Rivera, Irene Rosales, Isabel Pantoja, Agustín Pantoja y Anabel Pantoja a la cabeza de aquellos que no se separan de su lado en ningún momento. Todo comenzaba el jueves 3 de octubre de 2021, cuando una ambulancia llegaba a la finca Cantora para trasladar a la madre de la tonadillera hasta el Hospital de Puerto Real, en Cádiz. Fue entonces cuando las alarmas por el estado de salud de Doña Ana se hicieron sonar más que nunca, contagiando la preocupación entre todos sus seres queridos y allegados.
Concretamente, la causa por la que se mantuvo a la abuela de Kiko Rivera en estricta observación fue un doble ictus, el cual se le repitió nuevamente con muy pocas horas de diferencia. Una noticia que, sin duda alguna, pilló de sorpresa a más de un integrante de la familia Pantoja. En el caso de la tonadillera, por ejemplo, tuvo que cancelar la grabación del programa 'Idol Kids' para trasladarse hasta Cádiz y estar junto a su madre en estos momentos tan duros. Al contrario de lo que sucedía con Chabelita, que se ha inclinado más por cumplir con sus compromisos profesionales al no tener relación con su abuela. Se sabe que Doña Ana no la trató igual que a sus otros nietos, e Isa Pantoja terminó alejándose de ella para siempre.
Así, mientras se iban conociendo las novedades de la matriarca de los Pantoja a cuenta gotas, Irene Rosales, que trabajaba en aquel momento como colaboradora en el programa de Telecinco 'Viva La Vida', quiso detallar cómo iba la evolución del estado de salud de Doña Ana: "Doña Ana es una mujer que ya está muy mayor y ha sido siempre muy activa, y ya la edad... Todo se complica un poquito más", aseguró la mujer de Kiko Rivera.
Pese a que nunca logró recuperarse del todo, Ana Martín vivió dos años más. Permaneció recluida en Cantora desde entonces, siempre arropada por dos de sus hijos, Isabel y Agustín Pantoja. Con la llegada de la pandemia, la familia se recluyó todavía más en esta finca a la que dejó de ir Kiko Rivera porque precisamente allí, en verano de 2020, descubrió que Isabel Pantoja tenía mucho que esconder. La relación entre madre e hijo se rompió, pero no el vínculo entre abuela y nieto. Kiko Rivera dejó de hablarse con su madre, pero no con su abuela. Lamentablemente, la ruptura del vínculo con su madre y su tío le pasó factura, y cuando Doña Ana fue ingresada por última vez en septiembre de 2021, se enteró por Kiko Hernández. Ana Martín habría entrado en el hospital de Puerto Real el 13 de septiembre de 2021, y su estado era grave. Recibió el alta el 25 de septiembre de 2021, aunque ya no pudo recuperarse y murió el 29 de septiembre de 2021 a los 90 años. Isabel Pantoja tenía que decir adiós a una mujer, a su madre, que lo fue todo para ella hasta el última día.