Esto quiere decir que Jennifer Flavin está acusando a su exmarido de haber desperdiciado los bienes que ambos tenían en común para que ella no se los pueda quedar. Ante esta grave acusación, Stallone ha respondido mediante su equipo legal negando rotundamente la afirmación que Flavin hace.
En los papeles remitidos por el equipo de abogados del intérprete, Stallone se opone a que ella utilice en exclusiva la casa de Palm Beach. Además de eso, Flavin también había pedido recuperar su apellido de soltera y cooperar entre ambas partes para reducir los costes legales que deriven del proceso. A estas dos últimas peticiones, Stallone ha accedido. Michelle Bega, representante legal de Stallone, ha asegurado que van a intentar llevar con la mayor discreción posible todo este asunto.
La separación entre el matrimonio, con tres hijas de por medio, empieza de manera poco amistosa. Flavin ha tenido que acudir a los tribunales para paralizar, a su parecer, los movimientos de capital que estaba haciendo el actor en las cuentas bancarias comunes. La mujer exigió que se le prohibiera a su exmarido vender o transferir cualquier activo durante todo el proceso de divorcio.
Después de 30 años de relación
En un principio se especuló con que el motivo de la ruptura había sido la nueva mascota, aunque el actor desmintió en seguida este rumor: "No estábamos de acuerdo en la manera de cuidar al perro, pero no terminamos la relación con un argumento tan trivial. Simplemente fuimos en diferentes direcciones", desmentía el actor.
Al anunciar el divorcio, Flavin confirmaba que estaba muy triste y que apreciaba y siempre apreciaría los más de 30 años de relación. Además, es consciente de que siempre estarán unidos por tener tres hijas en común. Sin embargo, la empresaria le pidió el divorcio a Sylvester Stallone y ahora están litigando en los tribunales hasta que salga una sentencia firme que siente las bases de cómo quedarán las cosas entre ellos desde ahora.