Las habitantes del Barco Varado ya no están solas. Poco después de que la colaboradora Chelo García Cortés y la modista Mahi Masegosa colocaran la imagen de la perrita de Chelo, Maggie, para hacerlas compañía y alegrar la vista a las concursantes, descubrieron que no eran las únicas que estaban en la isla. Y es que mientras la pareja hacía su ronda rutinaria de recolección de madera para la hoguera, se encontraron de bruces ni más ni menos que con una serpiente boa rosada. Un tipo de reptil endémico que habita en las islas de Honduras.
Después de más de mes y medio pasando largas horas en el mar para pescar algo que poder llevarse a la boca o tras estar extensas jornadas tratando de recolectar frutos que sirvieran de alimento, Mahi vio en la serpiente la oportunidad de llenar el estómago con algo más contundente. Sin embargo, su compañera no parecía estar dispuesta a comerse un reptil. Y mientras Mahi deseaba tener un machete para hacerse con la serpiente, Chelo se iba por patas despavorida.
"Cuando he visto la serpiente pues he pensado en comérmela, como cuando veo cualquier otro bicho que se mueve y repta. Pero a Chelo le ha dado mucho miedo y se ha ido por patas. Yo solo quería el machete para cortarle la cabeza", aseguraba Mahi que decía haber visto documentales en los que se comían a las serpientes.
Con las manos y el estómago vacíos
Finalmente, y para tristeza de la exconcursante de 'Maestros de la costura', el debate sobre si comerse o no la serpiente finalizó con las manos de la granadina vacías. No obstante, Chelo no quería quedarse sin comer, y cuando tuvo la oportunidad de hacerse con un pequeño cangrejo fue directa a capturarlo. Aunque no con mucha fortuna.