Stefano Gabbana ha perdido la batalla. Aunque no haya querido reconocerlo, parece que el dueño del imperio textil italiano se ha cansado de las críticas que le han estado lloviendo por hablar más de la cuenta y ha decidido retirarse de Instagram durante un periodo de tiempo que no ha concretado. "Cierro mi cuenta temporalmente para una desintoxicación", apuntaba el diseñador. Por si alguien no lo había pillado, días más tarde publicaba otra fotografía en la que dejaba claro que su perfil estaba cerrado con un simple pero conciso mensaje: "CLOSED".
No hace mucho, el modista tuvo que hacer frente a miles de comentarios negativos por atreverse a tildar de "baratija" al vestido de novia de la reina de Instagram: Chiara Ferragni, que confió en Dior para que le confeccionara el atuendo del día más especial de su vida. "No tan baratija como tu comentario tan básico de celos", "Fue a hablar el que llama a infuencers 'baratijos' para modelar en tus desfiles" o "¡Eres un maleducado! ¡Le estás dando un mal nombre a la moda italiana!" fueron algunos de los cientos de reproches que incendiaron las redes sociales en contra de Gabbana.
En cualquier caso, el diseñador se esfuerza en aparentar que nada le importa y ha comentado a Bazar que "el motivo por el que he decidido dejar Instagram no son las controversias, sino porque estoy cansado de la red ". Sin embargo, choca mucho que Gabbana haya escogido este momento en el que se encuentra en el punto de mira de los más de 14 millones de seguidores de la influencer para tomarse un respiro de las redes sociales... ¡Qué casualidad, oye!
Bocazas Gabbana
Lo cierto es que no es la primera vez que el empresario se sitúa en el ojo del huracán por culpa de su lengua viperina. En anteriores ocasiones, ya se echó encima a los seguidores de Selena Gomez por llamarla "fea" y a los de Kate Moss por criticar su atuendo, firmado por Yves Saint Laurent. Al parecer, el italiano es incapaz de asumir que su marca no es la única en el mercado y ha decidido emprenderla a insultos contra todas aquellas celebrities que se 'atrevan' a lucir diseños de otros modistas, una actitud inmadura y déspota impropia del dueño de una de las firmas más importantes del mundo.