Son muchas las comparaciones e 'inspiraciones' que habría tenido el vestido de Marquesa e Griñón para casarse con Íñigo Onieva. Un diseño hecho casi en tiempo récord.
Tras darse el 'sí, quiero' el sábado 8 de junio pasadas las 7 de la tarde en El Rincón, el lunes a primera hora llegaba a todos los kioskos y librerías la revista ¡HOLA! con Tamara Falcó e Íñigo Onieva como únicos protagonistas de su portada y un extenso reportaje sobre cómo fue su gran día. Así, tras una larga espera, se descubría finalmente como era el vestido de novia que había escogido la Marquesa de Griñón, un diseño no exento de polémica y que se convirtió en uno de los muchos baches que esta se fue encontrando en su camino hacia el altar más allá de la infidelidad de su ahora marido que estuvo a punto de echar todo por tierra.
A un mes y veinte días de la celebración del gran enlace la firma Sophie et Voilà, la que inicialmente iba a vestir de novia a Tamara Falcó acuerdo publicitario mediante, emitía un comunicado anunciando que se rescindía ese contrato y finalmente no serían ellas las que se encargarían de confeccionar los vestidos de la Marquesa de Griñón. ¿El motivo? Según la firma, "el incumplimiento contractual por parte de las señora Falcó" ya que las exigencias y deseos de esta respecto al diseño iban en contra de "nuestra ética empresarial" ya que "pondría en peligro la autoría original del diseño", dejando entrever el afán que esta podría tener por plagiar algún otro diseño en lugar de simplemente quedarse en una inspiración.Cierto o no -porque luego Tamara Falcó negó la mayor-, ahora que ya se ha desvelado el secreto mejor guardado que se fraguó en el estudio de Carolina Herrera en Nueva York bajo la batuta de Wes Gordon, su Director creativo, lo cierto es que al vestido se le han sacado muchos parecidos. Si bien tanto el diseñador como la propia Marquesa aseguraron que la inspiración principal había sido el vestido de novia de Grace Kelly, lo cierto es que basta echar un vistazo para ver que la inspiración es difícil de encontrar, especialmente si se pone al lado el vestido de novia de la ahora Reina Letizia que en su día diseñó Pertegaz, mucho más cercano al vestido de la hija de Isabel Preysler.
Quien sabe si también por las prisas -durante es mes y medio han estado trabajando 18 personas un total de 400 horas tan solo en los bordados del vestido-, pero lo cierto es que tampoco hacer falta irse muy lejos para encontrar que este diseño tampoco era tan exclusivo como se esperaba. De hecho, la propia firma Carolina Herrera había presentado sobre la pasarela de su colección otoño/invierno 2023/2024 un vestido similar al que ahora le hemos visto a Tamara Falcó. Las diferencias son claras -el escote más pronunciado, mangas tres cuartos, el color blanco y los bordados-, pero al mismo tiempo se pueden identificar casi como el mismo diseño.La reacción de Sophie et Voilà
Un diseño final que a ojos de muchos expertos que han hecho correr ríos de tinta en diferentes medios y han ocupado minutos en diferentes programas de televisión asegurando que no se trata de un diseño tan exclusivo como se había hecho creer durante todas estas semanas para generar esta expectación. Y entre toda esas voces se ha sumado también la de firma Sophie et Voilà, la tercera en discordia en todo esto, publicando un discreto mensaje en su cuenta de Instagram en el que volvían a poner el valor la originalidad de sus diseños tanto de pret-à-porter como de novia, algo que era precisamente lo contrario a lo que se estaba diciendo del vestido de la novia que pudo ser y nunca fue para ellas: "Un vestido atelier es un diseño absolutamente personal y exclusivo creado especialmente para ti. Los vestidos realizados en este espacio mantienen la esencia de Sophie et Voilà, están confeccionados con tejidos más exquisitos siguiendo el proceso más artesanal y son ajustado personalmente por nuestra diseñadora en nuestro atelier de Bilbao". Una declaración de intenciones y una promoción en un día en el que los ojos también estaban puestos en ella a la espera de una reacción.