La actriz Sonia Ferrer ha querido contar como fue su experiencia con el cáncer que padeció en su juventu y como fue diagnosticado bastante tarde.
Todas las noticias acerca del cáncer suelen ser duras. Para la actriz Sonia Ferrer su experiencia con esta enfermedad fue un infierno y, no solo por lo peligroso que puede parecer tener un tumor, sino por todo lo que tardaron los médicos en diagnosticarlo, incluso ella misma afirma que tiene mucha suerte de poder seguir viva hoy en día.
Ha sido a raíz del fallecimiento de la joven periodista de 27 años Olatz Vázquez, quien murió este mismo fin de semana debido a un cáncer gástrico que llevaba meses arrastrando. A través de Twitter, la catalana ha empezado contando que todo sucedió cuando tenía 15 años.La comunicadora ha causado un gran revuelo al continuar diciendo que fue una eminencia quien le dijo que se estaba inventando sus dolores, que lo único que quería era llamar la atención. El problema fue que sus dolores empezaron a ser mayores con el paso del tiempo: "Caía al suelo y convulsionaba con unos dolores inhumanos. Intentando calmarlos, me pinchaba Nolotil a diario y tomaba todo lo que llegaba a mis manos y claro, mi orina acabó manchada de sangre. Tenía ya 16 y un 'gran' urólogo insinuó delante de mi madre y mi abuela que viviendo sola en el extranjero, a saber con quién me habría acostado y qué infección podría haber pillado".
También ha explicado que da igual a donde acudiera, que los médicos no conseguían acertar con su dolencia. Un dentista aseguró que tenía un dolor reflejo, un osteópata que tenía una pierna más larga que otra y en urgencias que simplemente eran gases. Desde luego una serie de desafortunadas decisiones. Tres años después dio con el doctor Frederic Font Vila quien le dijo que a pesar de no estar en la edad, podía ser (y era) un tumor de hueso. Ella ha reconocido que por suerte todo acabó bien, pero que era más fácil para todos los que le atendieron que dijeran que simplemente no sabían lo que era. Un duro episodio del que por fortuna salió indemne, pues cuando cogieron la enfermedad era muy tarde para intervenir.Una cicatriz que arrastra
A veces las heridas no son externas y en el caso de Sonia Ferrer su cicatriz es más emocional que de piel. A través de Instagram, después de decir que la han llamado de Telemadrid y Cuatro para contar su historia, ha dicho que no tiene ninguna foto ni recuerdo de aquella época, pues le causa demasiado dolor: "Me han pedido fotos de aquella época y con vergüenza he tenido que contar que no tengo nada, que eliminé todo lo que podía recordarme aquellos años pensando que eso me ayudaría a superarlo y olvidar. Fue un error, solo el tiempo se ha encargado de ayudarme a digerir".