Una investigación llevada a cabo a lo largo más o menos de un año y basada en el análisis de 13,4 millones de documentos que ha dado como resultado una amplísima lista de celebridades de todos los ámbitos sociales. Unas caras conocidas que, hasta ahora, han tratado de esconder su dinero y escapar de los impuestos guardando sus fortunas en sociedades offshore radicadas en paraísos fiscales.
Unos de los primeros nombres en salir fue el de los artistas Madonna y Bono. La cantante fue accionista de una sociedad de productos médicos hasta 2013 cuya sede estaba radicada en las Bermudas, mientras que él formaba parte de una sociedad registrada en Malta que impulsó el centro comercial Ausra de la localidad lituana Utena.
Shakira y Timberlake, entre los cantantes implicados
Precisamente también en Bahamas tiene Nicole Kidman otra sociedad offshore. La actriz y su marido Keith Urban registraron en el año 2015 una sociedad conjunta en Estados Unidos como entidad extranjera. Al salir reflejado su nombre en los Paradise Papers, un portavoz del matrimonio ha declarado que la empresa tributa "de conformidad con las leyes estadounidenses" y que sus clientes únicamente decidieron dar ese paso para proteger "la privacidad familiar".
Weinstein y Madonna, participantes de la misma sociedad
También dentro del mundo de la interpretación ha aparecido el nombre de Harvey Weinstein. El productor, que está en el ojo del huracán después de que casi un centenar de mujeres le hayan acusado de abusar de ellas -él ya ha ingresado en un centro y está asistiendo a terapia mientras las autoridades investigan las denuncias recibidas-, también cuenta con sociedades offshore. En concreto adquirió en el año 2001 diferentes participaciones de la misma sociedad médica en Bermudas en la que participaba Madonna.
Más allá del artisteo, en el mundo del motor ha aparecido el nombre de Lewis Hamilton. El piloto de Fórmula Uno, que ya se ha visto en otras ocasiones involucrado en diferentes problemas por evasión de impuestos, habría evitado pagar el IVA de un jet privado adquirido a través de una sociedad situada en las Islas Vírgenes Británicas. El británico ha declarado que su abogado le aseguró que era legal y no existía mayor problema por hacer así la compra.
La realeza tampoco se salva
La Casa Real Británica puede presumir de ser la más asentada de todas las Monarquías de Europa. Aunque han acumulado escándalo tras escándalo, los ciudadanos se lo perdonan todo, incluso parece que van a hacer lo mismo con los Paradise Papers, que no han afectado solo a un miembro, sino a dos integrantes de la siempre idolatrada Familia Real Británica.
El primer nombre que salió es el de la Reina Isabel II. La Monarca obtiene rentas del Ducado de Lancaster con las que sufraga las oficinas de Duque de York, los Condes de Wessex y la Princesa Real. Con el excedente invierte, y es precisamente esto lo que le ha llevado a aparecer en la lista.
A través de sus asesores financieros, la Reina metió dinero en dos paraísos fiscales, las Islas Caimán y Bermudas. En la primera de ellas se encuentra BrightHouse, una empresa minorista de alquiler con opción a compra acusada de explotar a personas con pocos recursos, lo que ha granjeado grandes críticas a la Reina. En su defensa, una fuente cercana a Buckingham Palace ha señalado que las inversiones no dependen de Isabel II, sino del equipo financiero del Ducado de Lancaster, y que la Reina paga voluntariamente sus impuestos.
Días más tarde saltaba el nombre del Príncipe Carlos. Si la Monarca explota el Ducado de Lancaster, el Príncipe de Gales obtiene ingresos del Ducado de Cornualles. Con ese dinero, sus asesores invirtieron en negocios sanitarios a través de dos grandes sociedades offshore de Islas Caimán. El futuro Rey de Inglaterra también invirtió en Bermudas en un negocio vinculado al desarrollo sostenible forestal, y como su madre, ha pagado impuestos por todo ello.
Finalmente, otra persona vinculada a la realeza también encontrada en la investigación. Se trata de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que fue directora de una offshore en Malta. Hasta 2012 tuvo una sociedad llamada 'Apollonia Associates Limited' que estaba radicada en Gran Bretaña. Por su parte, en octubre de 2010 abrió otra sociedad, esta vez offshore y en Malta, que llamó de la misma forma.