Nada más salir la presentadora de su hotel, Sergio Ramos llegaba a la Catedral de Sevilla del brazo de su madre Paqui García.
Quedaban escasos minutos para las seis de la tarde cuando se abría la puerta del hotel y salía Pilar Rubio con los nervios contenidos y una media sonrisa. En ese mismo instante llegaba a la Catedral de Sevilla Sergio Ramos del brazo de su madre Paqui García. El futbolista lucía una sonrisa de oreja a oreja. Acostumbrado a estar rodeado de miles de personas, para él este momento no suponía ningún nerviosismo. Además la profesión se lleva por dentro, por lo que su rostro reflejaba felicidad y serenidad, a diferencia de su madre, que sí se le notaba muchísimo más nerviosa.
Ramos ha escogido para el día más importante de su vida un chaqué azul marino de cuadros grandes -uno de los estampados de la temporada en lo que a look masculino de ceremonia se refiere- con camisa blanca y corbata gris de nudo ancho. La madrina, de color mostaza
Por su parte, la madrina iba elegantísima con un dos piezas de falda larga y manga larga en color mostaza, al igual que sus zapatos. Un estilismo que se completaba con unos guantes beige, al igual que su cartera de mano, y una mantilla negra muy fina.