Rihanna vestida de Papisa, Katy Perry convertido en el arcángel, Sarah Jessica Parker con un belén en la cabeza... las posibilidades para hacer chistes en las redes sociales eran casi infinitas. Pero hubo una en concreto que, pese a ser de las más discretas de la noche, un importante detalle la hizo ser el el centro de atención (pero no precisamente para bien): Selena Gomez y su exagerado tono de piel.
La cantante apareció sobre la alfombra roja con un vestido blanco roto y un moreno no precisamente de tomar el sol, sino de haberse aplicado demasiado bronceador. Esto no paso desapercibido para el resto de los mortales que no pueden permitirse asistir a esta clase de eventos por los que decidieron convertir a la exchica Disney en el blanco de todas las bromas: "Quien le puso a Selena Gomez ese bronceado esta noche tiene mucho odio contra ella", o "¿oor qué Selena Gomez se parece a Ross ['Friends'] cuando se broncea?", fueron algunas de las bromas que se pudieron leer en Twitter.
Por supuesto, una vez pasada la gran noche, Selena Gomez pudo disfrutar tranquilamente de todos 'memes' que se había hecho con sus fotos de la alfombra roja y quiso responder también a todas las críticas con mucho sentido del humor: "Yo cuando vi mis fotos en el MET", escribió la cantante junto a un vídeo suyo en el que se le ve corriendo por un parking para ir a coger un coche tras salir del evento.
Encantada con su look
Según informó la revista People, una fuente cercana a la artista aseguró que "amaba" el diseño y la forma en la que honraba la temática de la noche: "Tenía dos conjuntos para elegir y decidió el domingo con cual quería ir". El motivo por el que finalmente lució ese vestido blanco de Coach fue porque "adoraba el vestido y estaba muy involucrada con él".