Julio Iglesias vuelve a estar bajo el foco mediático por sus escándalos familiares. En esta ocasión, se trata de la incógnita sobre cómo se obtuvo el ADN del cantante para verificar su paternidad de Javier Santos. Por siete años, este hecho se ha mantenido en secreto, pero ahora el periodista Fermín Cabanillas Serrano habla en exclusiva con la revista Semana para contar las conversaciones que mantuvo con los dos detectives privados. Unas declaraciones que han quedado recogidas en el libro 'El ADN que te parió'.
Hasta 17 pruebas fueron necesarias para intentar demostrar que Julio Iglesias es el padre biológico de Javier Santos. Un proceso duro, pero efectivo, pues se determinó que había un 99,9% de ADN entre ellos. ¿Cómo lo hicieron? La clave de todo está en Julio José Iglesias,el segundo hijo del cantante e Isabel Preysler, pues se le hizo un seguimiento durante más de 240 horas en Miami en marzo de 2017, como indica la revista Semana.
Contratados por Santos, los detectives iniciaron la investigación con un presupuesto ajustado, pero con estrictas condiciones. La primera: no llamar la atención. Por ello, la elección de Julio José Iglesias no fue casual, ya que era el miembro de la familia que tenía una rutina más señalada y menos controlada por la seguridad.
Para acercarse a él tuvieron que alquilar un coche de lujo valorado en 3.000 dólares a la semana, además de las dietas, el vuelo, la estancia, etc. Durante 20 días que duró la investigación, según cuenta Fermín Cabanillas, el autor del libro 'El ADN que te parió' en una entrevista para Semana. El periodista tuvo la oportunidad de contactar con Luis Lara y Verónica Contreras, los detectives que lograron lo que parecía imposible. Varias conversaciones fueron necesarias para conocer el proceso que llevaron a cabo.
El "método Carrero Blanco" para descubrir la verdad
La posibilidad de investigar a Julio Iglesias quedó descartada en dos días, ya que tenía una seguridad muy grande, por lo que tuvieron que recurrir al plan B. Para ello, la estrategia por la que se guiaron los detectives de Santos fue el "método Carrero Blanco" que consiste en buscar a alguien que tenga siempre la misma rutina. "Se llama así porque al presidente del Gobierno le matan haciendo siempre la misma ruta. Él, en ese momento, iba al mismo supermercado o a la misma playa, a hacer surf. Son diez días en el que le 'marcan' hasta que se le cae una botella de agua y consiguen otras pruebas que valdrían para probar el ADN", confesó Cabanillas a la revista Semana.
No les bastó con una única botella, pues fueron necesarios otros 16 objetos en los que se encontraban fluidos biológicos de Julio José Iglesias. Desde una pajita a una lata de cerveza, entre otros. En todos los casos, el segundo hijo de Julio Iglesias no se percató de nada, ya que no cuenta con escoltas cuando sale de casa. El periodista Cabanillas comenta a la revista Semana que en una ocasión le llamó la atención ver un coche de lujo aparcado en la playa en la que él estaba, pero no se acercó a comprobar nada.
Años más tarde, el propio Julio José Iglesias ha bromeado en alguna entrevista con este objeto que fue decisivo para la investigación. "Aunque Julio José bromea con que le robaron la botella, está documentado que la prueba se cogió con toda la legalidad. Esto se demuestra con grabaciones de vídeo y secuencia de fotos, lo que certifica que ha sido en una zona pública ", afirmó el autor del libro 'ADN que te parió' a la revista Semana.
Una vez obtenidas las pruebas, los detectives las guardaron en bolsas transparentes de policía y documentaron todos los pasos del proceso para asegurarse de que las muestras no fueran alteradas o contaminadas. En su vuelta a España, tuvieron que ocultarlas dentro de los bolsillos de sus chaquetas con varios paquetes para conseguir pasar los controles de seguridad. Una vez dentro del territorio, se mandaron a un laboratorio de Zaragoza, donde se pudo confirmar la coincidencia del 99,9% de ADN entre Julio José Iglesias y Javier Santos, dando por hecho que son hermanos.
Una verdad que Julio Iglesias se ha negado a conocer durante más de 30 años, utilizando diferentes tácticas legales para retrasar el proceso, al menos por dos años. Pero los casos de paternidad nunca prescriben, por ello, Javier Santos nunca tiró la toalla. Tras décadas de reclamaciones judiciales, en octubre de 2023 su abogado Fernando Osuna indicó la posibilidad de recurrir a la sección de Recursos Humanos de la ONU, que tiene su sede en Ginebra y cuenta con la potestad para resolver este tipo de recurso.