Scott Disick ha protagonizado uno de los episodios más compremetodores de su vida, otra noche de desfase y desenfreno que habría puesto pendiente de un hilo su matrimonio y, en parte, su integridad física. El pasado fin de semana el marido de Kourtney Kardashian acudió como invitado estrella a la fiesta 'The Pool After Dark' de Atlantic City, celebración que se tomó en serio bebiendo 'gran cantidad de chupitos de tequila'.
Parece que esta vez Scott Disick ha tomado este cambio en su vida y no habría pasado por su casa en Los Ángeles, tomando un vuelo en helicóptero desde Atlantic City directo al exclusivo centro de rehabilitación Rythmia Life Advancement Center de Costa Rica.
El ultimátum definitivo
"Me he dado cuenta que mis problemas son más grandes que yo, y estoy listo para remediar esta lucha de continua batalla", una lucha que ha marcado la personalidad de Disick llegando a crear un conflicto abierto con toda la familia Kardashian.
No es la primera vez que Disick intenta poner remedio a esta adicción. El pasado mes de febrero ya entró en un centro de rehabilitación abandonándolo al poco tiempo tras otro episodio, un ingreso en hospital tras una ingesta de pastillas somniferas. Entonces Disick declaró: "Creo que tengo que cambiar y entrar en rehabilitación. Sé que si no hago algo a tiempo llegará un momento que no podré dar marcha atrás".