El pasado domingo, 7 de septiembre, un buen número de rostros conocidos se dio cita en la Quinta Avenida de Nueva York para despedir a todo un referente en la industria del entretenimiento, la reina de la comedia Joan Rivers. La hija de la estrella televisiva, Melissa Rivers, fue una de las primeras en llegar para recibir las condolencias de familiares y amigos.
Una de las que más expectación levantó fue Sarah Jessica Parker, que acudió a la ceremonia junto a su marido Matthew Broderick y su hijo James Wilkie. Gracias a las declaraciones de la presentadora Deborah Norville, podemos saber que participaron activamente en el acto el periodista Howard Stern y el actor Hugh Jackman. El primero leyó un discurso con "cosas que se supone no tienes que decir en un santuario", mientras que Jackman cantó junto con un coro gay canciones como 'Beautiful Sunday' o 'A Wonderful World'.
Funeral al estilo Rivers
"Cuando muera (y sí, Melissa, ese día llegará; y sí, Melissa, todo está a tu nombre), quiero que mi funeral sea un gran espectáculo con luces, cámara y acción. ¡Quiero un decorado, quiero paparazzis y quiero publicistas montando un numerito! Quiero que sea todo Hollywood. No quiero a un rabino por aquí, quiero a Meryl Streep llorando, con cinco acentos diferentes. No quiero un panegírico, quiero que Bobby Vinton me sujete la cabeza y cante 'Mr. Lonely'. Quiero estar estupenda, mejor de lo que aparento viva. Y quiero ser enterrada en un vestido de Valentino y que el joyero Harry Winston me haga la etiqueta del pie. Y quiero un ventilador para que, aún en mi ataúd, el pelo se me mueva como a Beyoncé", dijo Rivers en uno de sus libros en el que bromeaba con el día de su funeral. ¿Estaría contenta con el resultado?