El Estadio Do Dragao de Oporto abrió sus puertas para acoger el encuentro que enfrentó al Porto contra el Napolés, un partido amistoso que terminó con un empate sin goles, y que sirvió de presentación para la afición del equipo tanto para el conjunto para el fichaje estrella de la temporada: Iker Casillas.
La salida del de Mostolés, que fue vitoreado por la hinchada lusa, fue vista por dos espectadores muy especiales para Casillas, Sara Carbonero y su hijo Martín, que no perdieron detalle del partido, y que vivieron como nadie el juego del Porto pese a que no hubo goles que celebrar.
Aunque Sara Carbonero acaparó miradas, la mayoría fueron a parar al pequeño Martín, que a sus 19 meses es un niño precioso que no para de hacer gracias y que cada vez se parece más a su madre Sara Carbonero, de quien ha heredado la mayor parte de sus rasgos. De su padre, además del primer apellido, tiene el tono de piel, ya que Martín no cuenta con el color moreno de la de Corral de Almaguer.
Martín Casillas, el niño más adorable
Durante el partido, Martín pasó por todos los estados, se río y se divirtió mucho, se enfadó, se aburrió, se puso a llorar, estuvo aplaudiendo como un loco ante las risas de Sara Carbonero, que estaba encantada de ver a su hijo tan integrado, e incluso chocó las manos con su mamá.
Sara Carbonero le hizo algunas fotos, y se las envió a Iker Casillas para que viera cómo se había portado el pequeño mientras él defendía la portería del Porto. El guardameta, totalmente enamorado de su hijo, compartió la adorable imagen en Instagram, donde escribió: "Un #dragón más....".