Muchas son las personas que, por unas razones u otras, deciden abandonar su trabajo por amor y las celebrities tampoco se libran en este sentido. Actrices, modelos, cantantes e incluso mujeres con profesiones corrientes que un día se enamoraron de un príncipe son algunos de los ejemplos de las famosas que dejaron a un lado su carrera para seguir a su pareja o centrarse en formar y cuidar de su propia familia a su lado. Este es el caso de la actriz y modelo Camila Alves, cuya carrera profesional mermó en 2012 tras casarse con Matthew McConaughey. Desde entonces está dedicada al actor y a sus tres hijos, pero este es solo uno de los numerosos casos que hoy repasamos.
El caso de las WAG's
Muchas han sido las novias y mujeres de futbolistas que han tenido que abandonar su país de origen cuando su pareja ficha por un equipo extranjero. Sara Carbonero ha sido la última. Por un tema de distancia, la periodista también ha abandonado su puesto de presentadora deportiva en Informativos Telecinco para trasladarse a Oporto con Iker Casillas y su hijo Martín. El Mundial de fútbol de 2010 le cambió la vida: tras convertirse en campeón del mundo el capitán de la Selección le plantó un espontáneo y apasionado beso ante millones de espectadores en todo el mundo mientras ella le entrevistaba, acallando todos los comentarios y críticas que la periodista había sufrido mientras cubría el campeonato por ser la pareja del portero español.
Menos reciente es el caso de Mamen Sanz, la mujer de Raúl González Blanco. Sanz era una prometedora modelo que dejó las pasarelas un año después de casarse con el exfutbolista del Real Madrid, para dedicarse por completo a su familia. En el año 2000 puso fin a su carrera profesional y se quedó embarazada de su primer hijo Jorge. Dos años más tarde vendría Hugo y en 2005 la pareja dio la bienvenida a los mellizos Héctor y Mateo. Después de tener cuatro niños, González y Sanz se convirtieron en padres de nuevo en 2009, de su primera hija, una niña llamada María. Sin duda los mayores logros para la exmodelo, que cambió su profesión para construir esta numerosa familia junto a su marido. "Soy muy feliz en mi pareja. Hemos crecido juntos y tenemos un proyecto de vida en común", dijo la mujer de Raúl en una entrevista en 2010. "Puedo decir que mis cinco hijos son un sueño hecho realidad".
"En pasarela ya no me veo mucho, sinceramente. Creo que hay que dejar paso a las jóvenes. No hace mucho desfilé en Milán, pero fue porque me lo pidió una persona especial y también porque allí es diferente, desfilan modelos no tan jóvenes. Ni siquiera me lo ha planteado", dijo Sanz durante una entrevista para ¡Hola! en 2004, cuando tan solo tenía 28 años. "La verdad es que esto me resulta muy nuevo porque llevo muchos años dedicada a mi casa, a mi familia y a otro tipo de actividades, de hobbies más bien que de trabajo y van surgiendo cosas. En este tiempo he hecho cursos de idioma, taichi, cocina, yoga y sobretodo los niños que he tenido dos niños en cuatro años", añadió entonces la exmodelo que conoció al futbolista en Barnon, el bar de moda por aquel entonces donde ella era camarera.
Las modelos que se bajaron de la pasarela
Modelo y WAG también es Elisabeth Reyes, que tras la salida del futbolista Sergio Sánchez del Málaga C.F. y su posterior fichaje por el Panathinaikos F.C, la malagueña, de 30 años, lo ha dejado todo por seguir a su marido en esta nueva aventura en Grecia. Por otra parte, y aunque su novio ya no está en activo, Vanesa Lorenzo es otra de las modelos que ha dejado de vivir entre España y Nueva York para centrarse en su vida familiar junto a Carles Puyol y su hija Manuela, mientras esperan el nacimiento de su segunda pequeña. Al igual que la modelo barcelonesa, Eugenia Silva es otra de las tops que dejó la ciudad de los rascacielos para dedicarse en cuerpo y alma a su marido Alfonso de Borbón y a su hijo Alfonso.
Una práctica necesaria en la Realeza
Hace siglos hubiera sido impensable que los herederos europeos a la corona se casaran con 'plebeyos', sin embargo, con el paso del tiempo los miembros de la realeza comenzaron a casarse por amor y con ello llegaron a las casa reales personas con profesiones muy dispares que tuvieron que abandonar al cambiar de estado civil, posición y responsabilidades. Eso fue lo que le ocurrió a la Reina Máxima de Holanda: Lincenciada en Economía, la argentina abandonó su trabajo en Deutsche Bank para anunciar su compromiso con el entonces Príncipe Guillermo Alejandro en el año 2001. A principios de los noventa, Máxima Zorreguieta trabajó para importantes empresas financieras en Buenos Aires y Nueva York hasta que una amiga en común con el príncipe holandés los presentó en España en 1999.
Prácticamente al igual que la Princesa Mary de Dinamarca. Licenciada en Derecho y Comercio, la australiana estuvo trabajando desde que era estudiante en empresas del ámbito del marketing, la publicidad y las relaciones públicas tanto en Melbourne y Sidney como en las ciudades europeas de Edimburgo, Copenhague o París. En el año 2000, Mary Donaldson conoció al Príncipe Federico en los Juegos Olímpicos de Sidney y dos años más tarde se traslado a Europa. Tras instalarse definitivamente en Dinamarca, trabajó durante un año como consultora en Microsoft Business Solutions, empleó que abandonó en septiembre 2003, un mes antes de anunciar su compromiso matrimonial con el príncipe heredero.
El caso de nuestro país es el de la Reina Letizia, que tras anunciar su compromiso con el entonces Príncipe Felipe, dejó su labor como presentadora de los informativos de la televisión pública. Letizia Ortiz Rocasolano era una periodista de raza, que incluso había ejercido de corresponsal de guerra y que, aunque ya tenía una larga trayectoria, así como un prometedor futuro, lo dejó todo por amor a sus 31 años para casarse con el heredero al trono español, cambiando su labor periodística por los compromisos de Estado asociados a su labor, primero como Princesa de Asturias, y después como reina consorte de España.