"En los pasillos y en la cafetería me cruzo con muchísimas personas que siempre dejan paso en el ascensor y saludan sonrientes, como lo hago yo. Son los 'códigos' de este lugar, donde todos sabemos la necesidad de cariño y afecto en estos días interminables. Entre estas paredes se valora mucho más cualquier gesto, cualquier detalle, cualquier soplo de aire fresco. Cualquier buena noticia", añade, y es que no se sabe la razón de su paso por el hospital, ya que no especifica si es ella quien está ingresada.
"En la sala de al lado, han puesto unos juegos y unos libros para que la gente pueda matar el tiempo ahí. Ayer por la tarde me acerqué un rato y vi a un señor que no podía caminar, ni hablar, jugando al dominó con su nieto. Creo que este último se dejó ganar porque bromeaban sobre el asunto. También un aparato de música que funciona con CDs. Todos son de música clásica, elijo uno de Haydn porque me recuerda a los viajes en coche de pequeña. Y acabo pinchando para toda la planta", seguía escribiendo.
A juzgar por sus palabras, pasa muchas horas allí, porque sigue diciendo: "Los ramos de flores inundan las habitaciones y traen la primavera a cada rincón gris. A través de la ventana observo que la gente en la calle está de manga corta y yo duermo con dos mantas. Lo de dormir, es un decir. En la tienda de abajo he comprado unos crucigramas pero me puede el Candy Crush. De madrugada voy a la máquina dispensadora caminando descalza por el suelo de granito y encuentro las galletas que me gustan. Nunca me supieron tan bien".
En la puerta de una de las habitaciones cuelga un cartel que reza: 'Bienvenido a mi mundo, no es muy grande pero al menos gira'. Y ya, con la noche bien entrada, abro a la vez el sofá cama y el libro que me tiene absorta y leo uno de los proverbios, que dice: Allá va la lengua donde duele la muela'. De primeras reconozco que no lo pillo porque me estoy quedando dormida, pero rápido capto el mensaje. Cierro los ojos pensando en que estoy cerca del mar con una Super Bock. Por último, abro IG, llego a una ilustración de Mafalda y la leo en voz alta. '¿Pensaron alguna vez que si no fuera por todos nadie sería nada?'. Buenas noches", termina diciendo, aunque si abre el sofá cama es que está acompañando a alguien, o eso parece.
Más detalles sobre su paso por el hospital
Mientras que ella no ha contado la razón por la que se encuentra en el hospital, un usuario de Instagram ha comentado su publicación, revelando que se corresponde a la plata de Oncología de la Clínica Universitaria de Navarra, donde ella fue tratada de su cáncer, y ha escrito: "Me ilusiona y emociona que sea una iniciativa de mi hija Elena, enfermera de oncología en la CUN y que los libros y la música de mi madre, hagan mejor las vidas de los demás. Gracias".