Fernando Sánchez Dragó quiso preverlo todo antes de su muerte. Y todo es todo. De hecho, el escritor ya tenía preparado todo su entierro tiempo antes de morir, incluyendo ataúd, tumba y epitafio. No quiso dejar nada al azar, a pesar de tener descendencia y una pareja a la que sacaba más de cincuenta años, que podría haberse ocupado de ello.
Pero lo más espectacular e inesperado de la muerte del polémico Sánchez Dragó no es eso. El madrileño, fallecido y enterrado en Castilfrío de la Sierra, guardó en una caja fuerte semen, pelo, muelas y alguna muestra de sudor antes de morir.
A raíz de este hallazgo, algunas investigaciones periodísticas han seguido tirando del hilo y han descubierto alguno de los temores más oscuros de Fernando Sánchez Dragó. El periodista escribió un artículo en prensa en el año 2017, de acuerdo con la exhumación del cuerpo de Salvador Dalí para comprobar científicamente si era padre de una hija no reconocida.
El terror de que perturben su descanso
El escritor dejó claramente escrito su miedo a que ocurriera lo mismo con su cuerpo, sin esconder las altas posibilidades que tenía de que pudiera ser ese su también destino, tras haber estado viviendo en más de diez países "a todo trapo", dijo literalmente. Prueba de ello sus cuatro hijos con cuatro mujeres diferentes.
Este miedo infundado a que " alguien pudiese corromper su cadáver " y no le dejase "descansar en paz eternamente" en sus propias palabras, le llevo a dejar preparadas esas pruebas de ADN, pero fuera de su tumba. En el programa 'Aruseros' se han hecho eco de esta noticia y algunos colaboradores quisieron recordar que si esto fuera verdad, con su semen también su pareja actual de 29 años podría tener un hijo suyo póstumo.