Y es que Samuel L. Jackson era el más afectado de toda la situación, pero no el único. Las dos mujeres de su vida, su esposa y su hija, también sufrieron al ver cómo el actor cada vez era más y más dependiente a estas drogas. "Mi hija y mi esposa me encontraron una vez inconsciente en el suelo de mi casa y no dudaron en llamar a uno de mis mejores amigos, quien casualmente era un terapeuta especializado en lidiar con la dependencia a las drogas", ha revelado el actor a la revista Esquire sobre el papel crucial que jugaron su mujer LaTanya Richardson y su hija Zoe en su recuperación.
"Al día siguiente estaba en una clínica de desintoxicación y en ese momento ni siquiera era consciente de lo importante que sería para mí. Pero desde luego que estaba preparado para ello, había llegado la hora", añadió con cierto punto de agradecimiento hacia todos los que se volcaron con él, tanto profesionales como familiares o amigos. El actor ha reconocido que no era consciente de la importancia de pedir ayuda profesional hasta que ingresó an la clínica de desintoxicación.
Harto de tequila
"Me acabé cansando de los efectos de la droga, de toda esa energía malgastada. Recuerdo que fui a la despedida de soltero del guionista Rubén Santiago y me pasé el día entero hartándome de tequila. De camino a casa pensé que necesitaba cocaína para despejarme, así que fui al sitio acordado, me hice con ella, llegué a casa, la 'cociné' y luego me desmayé antes incluso de poder consumirla, borracho como estaba", concluyó así el relato.