La actriz y su hijo se habían marchado a pasar un día en el lago con tal mala fortuna que, al lanzarse al agua, ella no logró salir, utilizó toda su fuerza para sacar a su hijo y evitar que se ahogara. Las autoridades encontraron al pequeño Josey en el bote con el chaleco salvavidas y sin su madre. Pues bien, ahora que han pasado unos meses desde el trágico suceso, ha salido a la luz la autopsia y es de lo más reveladora.
Según el informe que ha salido a la luz se ha podido saber que Naya Rivera padecía vértigos, algo que podría haberle perjudicado a la hora de tratar salir del agua. El documento que se ha conocido dice que "la historia clínica de vértigos con los que contaba podrían empeorar al estar sumergida en el agua. La joven los sufría hasta el punto de acabar vomitando, pero aprendió a controlar los síntomas con ayuda de antistamínicos".
Pidió ayuda y tenía algo de alcohol en el cuerpo
Además, el informe dice que la actriz "tenía niveles bajos de anfetamina (Adderall, Dexedrine), diazepam, etanol y fentermina (un supresor del apetito) en su sistema". En su cuerpo también se encontró cafeína y alcohol en sangre en un nivel de 0.016. El informe también revela lo que se halló en el barco y es bastante llamativo: "En su bolso se encontró su teléfono móvil, jeringas con una sustancia líquida rosa, su documento de identidad y una receta de anfetamina. Tres latas de White Claw estaban ubicadas cerca del bolso. Una de las latas estaba vacía, una abierta y estaba llena a tres cuartos y otra sin abrir. Había una bolsa con comida en un banco cerca de la parte delantera del barco".