Cuando Ryan Lochte y otros compañeros de selección salieron a festejar su palmarés en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro poco se podían imaginar todo lo que vendría después. Tras una fiesta privada y después de haber bebido grandes cantidades de alcohol fueron a repostar a una gasolinera brasileña y decidieron destrozar todo lo que se encontraban por su paso.
Sin embargo, una vez pillados por los miembros de la seguridad de la gasolinera e informados de que tenían que pagar los gastos correspondientes por los desperfectos, Lochte y sus amigos decidieron inventarse que habían sido atracados a mano armada.
El nadador olímpico fue suspendido de los Juegos Olímpicos de Río por culpa de esa mentira. Algo de lo que está tan arrepentido que incluso llego a pensar en el suicidio como vía de escape: "hubo un par de momentos en los que, entre lágrimas, pensé en meterme en la cama y no despertar jamás", ha confesado el deportista a ESPN.
De nuevo ilusionado
Sin embargo, ha logrado encontrar la luz al final del túnel tras comprometerse con su chica, la modelo Kayla Rae Red con quien ha tenido su primer hijo. Esta feliz noticia le ha hecho volver a pensar en el futuro y olvidar la idea del suicidio. Además, el nadador también ha declarado que le gustaría que su hijo hablase una segunda lengua, probablemente español.