Tras acabar con la vida de su madre, Grantham grabó un vídeo confesando su crimen, en el que se podía ver el cuerpo de Waite: "Le disparé en la parte posterior de la cabeza. Poco después, ella habría sabido que era yo". Después, compró cerveza y marihuana, tapó el cadáver con una manta y se acostó para seguir con su plan al día siguiente: acabar con la vida del Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau. Al despertarse, colgó un rosario en el piano de su madre y colocó velas encendidas alrededor de su cuerpo, el cual sería encontrado por su hermana posteriormente.
Padece problemas mentales
La investigación policial posterior estableció que Grantham sufría depresión y había experimentado pensamientos suicidas por un trastorno provocado por el consumo de cannabis. Además, también había estado experimentando "sentimientos crecientes de auto-odio y culpa por su madre, especialmente tras enterarse que había dejado de asistir a sus clases en la Universidad Simon Fraser", uno de los lugares en los que tenía planeado cometer el tiroteo masivo. La jueza, por su parte, ha calificado de "gracia salvadora" que Grantham decidiera presentarse ante el Departamento de Policía en lugar de cometer un asesinato masivo en un lugar público, como era su plan. El abogado del actor, tras conocerse la sentencia, ha afirmado que Grantham está muy arrepentido de sus actos: "Ha recibido mucha asistencia psicológica y ha luchado con lo que ha hecho. Espera poder dedicar el resto de su vida a enmendarse". El actor pasará los próximos 14 años entre rejas, antes de tener la posibilidad de poder obtener la libertad condicional.