Sara Carbonero e Iker Casillas han estado disfrutando de unos días plagados de calma y tranquilidad en la costa de Cerdeña. Acompañados de sus dos hijos, Lucas y Martín, los pequeños han disfrutado de la playa con sus papás para regresar después a sus compromisos profesionales. En un principio guardaron en secreto su destino de vacaciones, pero más tarde el portero reveló el lugar donde habían disfrutado en familia.
Iker Casillas en la Plaza Roja de MoscúTras volver a la rutina, la pareja ha tenido que separarse para cumplir con sus compromisos, y es que el jugador de fútbol ha dado un giro a su carrera deportiva en lo que se refiere al Mundial de Fútbol de Rusia. Casillas esta vez o estaba convocado como jugador, pero a cambio ha viajado al país ruso porque se ha convertido en uno de los reporteros que cubrirá este evento deportivo para una televisión mexicana. Para él es todo un placer 'quitar' el puesto a su mujer, quien en otras ocasiones había cubierto eventos deportivos como este.
Desde el pasado lunes 11 de junio se encuentra en Rusia, en su capital y ha acudido al Legends Fan Interaction Event de la FIFA en la Universidad de Moscú. Hace unas semanas hablaba de esta nueva experiencia en México, diciendo: "Estoy un poco nervioso, no os voy a engañar, porque este año voy a vivir el Mundial desde una posición diferente, pero voy a disfrutarlo al máximo, a aprender de los profesionales que tenga a mi lado y a forjar nuevas amistades".
Sara Carbonero trabajando en una locución/ Fuente: InstagramTú a Rusia y yo a Madrid
De su viaje ha subido varias fotos, entre ellas una en la Plaza Roja de Moscú. También se ha reencontrado con viejas amistades como Michel Salgado, Roberto Carlos y Clarence Seedof, con quienes coincidió en el Real Madrid. A su vez, la presentadora ha publicado unas imágenes en un estudio de grabación, por lo que ella está locutando algo desconocido. Según estas fotografías, no estaría en Oporto, sino en Madrid, donde ha disfrutado una vez más de uno de los restaurantes de moda de la capital española. Sus vacaciones han servido para cargar pilas poco antes de que se tuvieran que poner manos a la obra con sus trabajos.
