La actriz con toda la sinceridad que la caracteriza contó a los presentadores lo sucedido: "Me enteré hace unos cinco años. Hice una serie de pruebas en la escuela de Medicina de Harvard porque perdí mi sentido del olfato en un extraño accidente. Me estaban estudiando porque todavía podía saborear, tenía el sentido del gusto intacto, lo que normalmente está interrelacionado". Y continuó diciendo que para someterse a los tratamientos tenía que viajar desde Nueva York hasta Boston cada dos meses: "Los médicos ponían tiras en mi lengua viendo los niveles de ácido e intentando hacerme oler cosas, pero no pude".
La intérprete ha reconocido que ya se ha acostumbrado a la vida sin olores pero que su discapacidad olfativa la ha puesto en peligro en más de una ocasión, como cuando por ejemplo una noche se dejó la llave del gas sin cerrar y no lo pudo percibir de ninguna manera porque no podía olerlo. Además ha contado que a partir de ese accidente con el gas, que afortunadamente acabó bien, se vio obligada a poner monitores de gas por toda su casa.
A pie de cañón
La actriz, que saltó a la fama interpretando al personaje de Paige Matthews, se ha convertido en los últimos años en una activista líder por los derechos LGBTQ y del movimiento que ha surgido en los últimos años en Hollywood, #Metoo. Además desde 2017 tiene una batalla abierta contra el productor de cine Harvey Weinstein acusándolo de haberla violado cuando tan solo tenía 23 años. En su denuncia también incluye a toda la industria cinematográfica por mantener una cultura de complicidad y silencio ante este tipo de casos.