De la manera menos esperada y deseada del mundo, Santi Millán se convertía en noticia el pasado domingo 19 de junio. Un vídeo íntimo suyo teniendo sexo con una mujer se filtraba en Twitter y rápidamente empezaba a difundirse hasta convertirlo en Trending Topic durante casi todo el día. Pero no solo se convertía en el centro de todas las miradas, también su mujer y madre de sus hijos, Rosa Olucha, y no por ser ella la mujer con la que salía el actor, todo lo contrario, porque no era ella.
No fue hasta la mañana de lunes 20 que Santi Millán se pronunciaba al respecto de este escándalo, pero no avergonzado, sino señalando a lo que realmente estaba ocurriendo que era la viralización de un delito: "No pienso hacer ningún comentario. Yo no quiero decir cómo hay que enfocar las cosas, pero la noticia aquí es que se ha cometido un delito. Yo no entiendo de leyes ni demás, así que no voy a comentar", decía al diario ABC.
Tras esto, todos los ojos se pusieron en su mujer, la otra parte implicada en en esta complicada historia. En cambio, Rosa Olucha optaba por la vía de no decir nada directamente y hacer un ejercicio de crítica a cómo se estaba tratando todo esto y la hipervigilancia que habría en cada uno de sus pasos a partir de ahora. Para ello, compartía una fotografía de una orquídea y empezaba a elucubrar sobre lo que estaría ocurriendo ya al otro lado de la pantalla.
No va a dar lo que la gente espera de ella
" Seres intentando descifrar qué he querido decir con esta foto ", decía de forma entre irónica y con un toque de humor sobre lo que la gente se esperaba de una simple fotografía de una planta. " ¿Coños? ", escribía en un stories siguiente sobre la misma fotografía como poniendo un ejemplo del punto al que podría llegar alguien a pesar que estaría diciendo algo con una simple fotografía de una de sus plantas.
Una técnica que usaba también al día siguiente, este mismo lunes, con un vídeo desde el interior de su coche mientras estaba en un autolavado: " Os traduzco: Metáfora de un troll ". Un vídeo que, efectivamente, tampoco quería mandar un mensaje al mundo, ni ninguna indirecta o ataque a su marido ni a la otra mujer que salía en el vídeo en cuestión.
Y tras tirar de humor en redes, Rosa Olucha enviaba un comunicado más extenso y mucho más serio para abordar lo que estaba ocurriendo no solo en su vida privada, sino en la esfera pública, mucho más preocupante para ella que el propio vídeo: "A todos los que me preguntáis 'cómo estás' o me decís cosas del tipo 'lo siento, tienes todo mi apoyo' os comento: Lo primero, yo estoy bien. Deberíais de preguntaros cómo está él. Él es el que ha sufrido un ataque a su intimidad, que por cierto, es delito. SU intimidad. Suya y de nadie más. En segundo lugar, no tenéis que sentir pena ni apoyar a nadie. Yo no soy una víctima y aquí no hay ni bandos ni propiedades. Ni él es mío ni yo soy suya. En tercero, para los que no lo sepan (y ya lo siento), existen muchos tipos de familia. En la nuestra, la LIBERTAD, el RESPETO y la TOLERANCIA son los pilares sobre los que hemos construido este proyecto. Hemos caminado muchos kilómetros juntos y muchos más separados, hemos tropezado mil veces, hemos hablado cuando ha hecho falta, hemos cambiado el ritmo cuando nos hemos cansado y, de momento, ni tan mal", decía así hablando de una posible relación abierta entre ellos.
"En cuarto, me da mucha pereza ver que a estas alturas el sexo consentido y privado siga causando escándalos. Sí, señores ¡la gente folla! Dentro y fuera de la pareja. Casi me da más pereza que cuando se hace público, la mayoría se apiada de las mujeres con el clásico 'pobrecita no se enteraba' o 'qué imbécil que se lo permitía'. Mierda de sociedad católica y patriarcal. En quinto, los medios de comunicación convencionales dais asco. Habláis de estos temas como 'escándalos' cuando en realidad tendréis que hablar de 'delitos' o simplemente callar. Espero que los que estaban preocupados por mí, estén ahora más tranquilos. Yo y mi familia, bien. Gracias", finalizaba así el comunicado.