Lo hacía compartiendo una tierna instantánea de ambos en blanco y negro mirándose a los ojos muy pegados que fue tomada en Ibiza en el año 2004: "Mi alegría y mi dolor, mi familia y mi hogar, mi esperanza, mi ilusión. Implacable espejo de penas y de amor. Nada importa, todo es grande, nadie sabe, solo tú y yo. Que no te falte de nada, que no te baste mi amor, que no hay manual de como se hace".
"Mientras tanto aquí, tú y yo, tu risa, tus ojitos y tu piel, mi alimento y mi inyección. Y me pongo así, poeta, cuando pienso en los dos. En lo que nos queda por delante si lo ves como te veo yo. Feliz aniversario, mi amor. 18 años no es nada", terminaba escribiendo. Por su parte, Jose Luis Huertas, su marido, compartía también la misma imagen en su cuenta de Instagram con un texto menos romántico, pero más divertido: "Felices 18. Lo nuestro ya puede entrar en el bingo y sacarse el carnet de conducir".
"Y me pongo así, poeta, cuando pienso en los dos"
Con ella mantenía un vínculo muy especial y siempre se entendieron muy bien: "Mi madre lo entendió muy pronto y, sobre todo, cuando cayó enferma, con el puto cáncer, hubo algo muy mágico. Siempre lo hubo, pero se convirtió en mi amiga, mi confidente, la llevaba de fiesta. Mi madre duró muchísimos años para lo jodida que estaba, luchando como loca. Yo me atreví a ser quien soy cuando se murió. Me dije, "déjate de tonterías, ¿cómo lo quiere ella? A ver... pues así. El miedo a la mierda", reconocía.