Asier Etxeandia no es una de esas celebridades que se caracterice por hablar sobre su vida privada, todo lo contrario, con su faceta profesional por delante, los aspectos de su intimidad se suelen quedar precisamente ahí. Pero hay ocasiones que uno necesita permitirse no serse fiel para presumir ante todo el mundo del gran amor que siente por otra personal en una ocasión muy especial. Y así lo hizo el actor en el 18 aniversario con su marido.
Lo hacía compartiendo una tierna instantánea de ambos en blanco y negro mirándose a los ojos muy pegados que fue tomada en Ibiza en el año 2004 : "Mi alegría y mi dolor, mi familia y mi hogar, mi esperanza, mi ilusión. Implacable espejo de penas y de amor. Nada importa, todo es grande, nadie sabe, solo tú y yo. Que no te falte de nada, que no te baste mi amor, que no hay manual de como se hace".
"Mientras tanto aquí, tú y yo, tu risa, tus ojitos y tu piel, mi alimento y mi inyección. Y me pongo así, poeta, cuando pienso en los dos. En lo que nos queda por delante si lo ves como te veo yo. Feliz aniversario, mi amor. 18 años no es nada ", terminaba escribiendo. Por su parte, Jose Luis Huertas, su marido, compartía también la misma imagen en su cuenta de Instagram con un texto menos romántico, pero más divertido: "Felices 18. Lo nuestro ya puede entrar en el bingo y sacarse el carnet de conducir ".
"Y me pongo así, poeta, cuando pienso en los dos"
El actor siempre fue muy reservado para hablar de su vida privada, aunque en 2020 concedía una entrevista al medio Jaleos en la que habló de una forma muy especial de la relación que mantenía con su madre, que murió de cáncer, y sobre cómo él mismo aprendió a vivir siendo como realmente era: " Yo me fui de casa de mis padres muy pronto. A los 18 tuve que desaparecer del hogar. Luego hubo un encuentro muy grande porque mis padres se dieron cuenta de que yo estaba haciendo lo que tenía que hacer y que yo era consecuente".
Con ella mantenía un vínculo muy especial y siempre se entendieron muy bien: "Mi madre lo entendió muy pronto y, sobre todo, cuando cayó enferma, con el puto cáncer, hubo algo muy mágico. Siempre lo hubo, pero se convirtió en mi amiga, mi confidente, la llevaba de fiesta. Mi madre duró muchísimos años para lo jodida que estaba, luchando como loca. Yo me atreví a ser quien soy cuando se murió. Me dije, "déjate de tonterías, ¿cómo lo quiere ella? A ver... pues así. El miedo a la mierda ", reconocía.