El cantante británico ha hablado en el podcast 'Alien Nation with Jo Wood' sobre la dura batalla contra la que tuvo que luchar, luchando en cierto modo contra sí mismo, su adicción a la cocaína y su salud. Ha confesado que durante su período en la casa de Primrose Hill, al norte de Londres, vivió una época muy oscura junto a una de sus exnovias.
Robbie Williams ha afirmado que solía escuchar pasos, algo que empeoraba progresivamente llenando sus días de un terror constante. El artista ha intentado explicar las alucinaciones que le provocaba su cabeza cada vez que consumía sustancias, y cómo estas le hicieron pensar en el suicidio.
Él mismo se repetía que si volvía a recaer tendría que suicidarse. El sorprendente tema del que el londinense no ha dejado de hablar ha sido la casa del norte de Londres, describiéndola como un lugar terrorífico al que no volvería jamás. Pasó por terribles momentos allí ante los efectos de la cocaína: "La primera vez que algo se manifestó de forma física fue extraño y oscuro", ha contado.
Entre las historias que ha narrado, ha hablado de un momento extremo en el que tanto él como su exnovia habían consumido cocaína y empezaron ha escuchar a alguien que subía y bajaba las escaleras, "la cosa se puso cada vez peor, ella pensó que era su abuelo", ha explicado el cantante.
La casa del terror y la adicción
Durante su estancia en la casa de Primrose Hill pensó que si ese miedo y ese terror se quedaban para siempre con él, se vería obligado a suicidarse. El cantante ha confesado que más tarde se enteró de que aquella casa fue construida encima de un cementerio.
Por otro lado se ha sincerado acerca de unos momentos muy difíciles en el podcast. Sin embargo, su mujer Ayda Field en 2016 ya reveló que hubo otro punto de su vida en el que el artista estuvo a punto de suicidarse. Fue durante el apogeo de su fama. "Hay una manera de salir del paso y llegar al otro lado. Solo se necesita mucha fuerza", afirmó la actriz.
Durante la entrevista Robbie Williams ha explicado que ahora vive con su familia en una casa en Wiltshire, al sureste de Inglaterra, y que cuando piensa que su propia casa tiene más de mil años le da pavor después de aquella experiencia tan traumática, aunque está más cómodo.