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El Rey Juan Carlos nunca habría querido conocer al doctor Miguel Cabanela, o no al menos a causa de las circunstancias por las que tuvo que hablar con el médico. Sin embargo, una vez han pasado las operaciones y la salud del Monarca mejora, Don Juan Carlos sabe que tiene un amigo más.
El cirujano viajó desde Rochester (Minnesota, Estados Unidos), para encargarse de las dos operaciones de cadera a las que se sometió el Rey. Al principio, el humor del Soberano no pasaba por su mejor momento debido a la preocupación y a los dolores que le provocaba la infección en la prótesis en su cadera izquierda.
Tras la primera intervención todo cambio, y Don Juan Carlos volvió a mostrar su humor campechano de siempre. Así, el doctor Cabanela ha revelado a Natalia Junquera para El País una anécdota protagonizada por el Jefe del Estado.
La broma del Rey
El día antes de su segunda operación, el Rey le contó la broma que le había gastado a los médicos de Zarzuela. Don Juan Carlos le contó entre risas que se había llenado la frente de betadine, se había puesto esparadrapo en la nariz y se había vendado la muñeca.
Con esa pinta se presentó ante los médicos de Zarzuela y les dijo que se había caído. Los facultativos se preocuparon mucho, pero el Rey Don Juan Carlos no tardó en decirles que se trataba de una broma mientras se partía de risa.