Los representantes de la artista han revelado al medio británico Daily Mail que Tina Turner murió por causas naturales. Si bien es cierto, tan solo dos meses antes de este triste desenlace, y con motivo del Día Internacional del Riñón, el 9 de marzo, admitió que su salud estaba en riesgo por culpa de su enfermedad renal. "Mis riñones fueron las víctimas de que no me diera cuenta de que mi alta presión arterial tenía que haber sido tratada con medicina convencional", dijo por aquel entonces.
"Me he puesto en gran peligro al negarme a enfrentar la realidad de que necesito terapia diaria y de por vida con medicación. Durante demasiado tiempo creí que mi cuerpo era un bastión intocable e indestructible", añadió, lamentándose. Además, a Turner le diagnosticaron hipertensión en 1978. Y tras su muerte se han refrescado sus duras palabras de 2016, cuando dijo que pensó en el suicidio antes de que su marido, Erwin Bach, le donara un riñón un año después. Consciente de que sin un donante su cuerpo se iba a ir apagando poco a poco, pensó que la mejor salida era morir.
Preparada para morir
Y algo parecido le confesó a Oprah Winfrey, que también era muy buena amiga suya: "En 2019 fui a visitarla al hospital y ella me dijo que, en realidad, estaba lista para irse, es decir, lista para abandonar el planeta. Esperaba que esa fuera la última vez que la viera", comentó Winfrey en el programa 'CBS Mornings'.