Las cámaras siempre han seguido todos y cada uno de sus pasos, pero lógicamente, cuando llegó a la adolescencia, ese seguimiento se incrementó, pudiendo ver las fiestas que se pegaba el hijo de Isabel Pantoja, que entraba y salía de forma constante. Una fama de juerguista a la que se unió la de mujeriego.
Sus novias también le dieron muchos disgustos puesto que, una vez que el amor se acababa, comenzaba su paseíllo por las revistas y platós de televisión para contar los pormenores de su relación, la vidorra que se pegaban o cómo era o dejaba de ser Kiko Rivera. Todo ello sin olvidarse de que algunas de las que pasaron por allí lo hicieron asegurando que podrían haber dado un nieto a Isabel Pantoja.
Jessica Bueno trató de darle estabilidad
A lo largo de todo el embarazo tuvieron que desmentir varias crisis, pero la llegada al mundo de Francisco Rivera Bueno el 6 de noviembre de 2012 no solucionó ni mucho menos sus problemas de pareja. Tras el nacimiento del pequeño hicieron un gran crucero por el Caribe que bien podría ser una luna de miel pero... cinco meses después lo suyo se rompió de forma definitiva y de mutuo acuerdo. Mutuo acuerdo sí, pero lo cierto es que sus peleas en los tribunales por su hijo han sido una constante; incluso tuvo un rifirrafe a través de las redes sociales con Jota Peleteiro, el actual marido de su expareja.
Unos problemas sentimentales a los que se sumaba el hecho de que con sus hermanos tampoco la relación era la más idílica del mundo. Con Fran y Cayetano Rivera, las rencillas del pasado entre sus respectivas madres por la herencia de Paquirri, hicieron que los hermanos no tuviera prácticamente relación hasta que fueron muy adultos. Por su parte, con Chabelita Pantoja la cosa parecía ir viento en popa hasta que la joven alcanzó la mayoría de edad, se quedó embarazada y se fue de casa a vivir su amor con su pareja Alberto Isla.
Irene Rosales, su salvadora
Por si todo eso fuera poco, mientras su relación con su hermana Chabelita iba y venía -llegando a acudir a platós de televisión lanzándose ataques terribles-, su madre atravesaba los momentos más complicados de su vida. Después de un larguísimo proceso judicial, el viernes 21 de noviembre de noviembre de 2014 a las 7:54 horas, la tonadillera llegaba con gafas de sol y rostro desolado a la prisión de Alcalá de Guadaíra para cumplir su condena por blanqueo no continuado de capitales. Este ingresó en el centro penitenciario fue la gota que colmó el vaso para Kiko Rivera, que necesita dar un giro radical a su vida porque estaba cada vez más metido en un pozo negro del que iba a ser muy complicado salir.
Pero salió y salió, además de gracias a su familia y amigos más cercanos y verdaderos, no los que se arrimaban a él por interés, a Irene Rosales, una muchacha que llegó a su vida en primavera de 2014. La pareja comenzó su amor con mucha fuerza aunque, como había ocurrido con el resto de mujeres que habían pasado por su vida, los rumores sobre infidelidades estaban ahí. Sin embargo, la diferencia respecto al resto de novias de Kiko Rivera es que esta vez la muchacha con la que compartía su vida era de lo más discreta, no le gustaba estar en el primer plano y parecía estar realmente con él por amor.
Su relación se fue consolidando con un Dj derrochando romanticismo con declaraciones como que la sevillana era "la pieza que me faltaba en la vida". Y cierto que era así. Gracias a ella y con mucho esfuerzo por su parte ha salido de ese pozo negro en el que estaba metido en todos los sentidos.
Así es el nuevo Kiko Rivera
- Aunque con su hermana Chabelita la relación no termina de encaminarse porque tienen puntos de vista diferentes y no llegan a un entendimiento, lo cierto es que con Fran y Cayetano Rivera el Dj está mejor que nunca. Se ven con frecuencia, celebran días importantes juntos y han conseguido ser, eso, hermanos.
- Con la situación de Isabel Pantoja también tuvo Irene Rosales que hacer un gran labor. La entrada en la cárcel de la artista fue devastador para su hijo, al que le costaba muchísimo asimilar que su madre estuviera entre rejas y solo pudiera verla o hablar con ella cuando el reglamento penitenciario se lo permitía.
- Como padre también ha dado un gran cambio. Aunque cuando rompieron su noviazgo Kiko Rivera y Jessica Bueno no podían ni verse, ahora el Dj y la modelo tienen una buena relación y llevan los temas de la custodia y las visitas de su hijo Francisco de forma cordial y pacífico. Algo a lo que seguro que también ha contribuido el hecho de que él haya tenido dos hijas con su mujer: Ana, nacida el 15 de diciembre de 2015, y Carlota, nacida el 30 de enero de 2018.
- Y todo eso ha sido posible gracias a que Kiko Rivera ha tomado conciencia de que tenía que reconducir su vida empezando por su salud. Además de ponerse una banda gástrica que le ha permitido perder más de 40 kilos, tomó conciencia de que tenía una adicción a las drogas contra la que tenía que luchar. Algo de lo que nunca había hablado y que no pensaba hacerlo hasta que lo hizo en 'la línea de la vida' de 'GH DÚO'. Allí entonces decidió abrirse en canal y contar a la audiencia que estaba enganchado al hachís, la marihuana y la cocaína. Una adicción que ha conseguido superar gracias a la ayuda de su mujer, que ha estado en los momentos malos y en los peores. Es más, el Dj contó en esa confesión que parte de la depresión que ha atravesado también se ha debido a ello.
Un hombre nuevo
Pero ahora todo eso forma parte del pasado. Ahora Kiko Rivera es un hombre completamente renovado. Es un hombre feliz. Es un hombre responsable. Es un hombre que piensa antes de actuar. Es un gran padre. Es un gran marido. Y además está dejando ver en televisión el mejor lado de Kiko Rivera, dejando en el pasado aquellas broncas con los medios de comunicación en las que les decía de todo menos bonito. ¡Bravo Kiko!