La reportera deportiva ha revivió cómo fueron aquellas horas de locura volviendo a España tras haber ganado La Roja
Han pasado once años del día más importante del fútbol español. Once años desde que España se convirtió en campeona del mundo al ganar el Mundial de Sudáfrica. Ese día La Roja hizo historia, pero también Sara Carbonero por ese beso en directo de Iker Casillas que no se borra de las retinas de nadie, tampoco a los por aquel entonces Príncipes Felipe y Letizia y la Reina Sofía, que se lanzaron a aplaudir al ver esa muestra de amor. La reportera deportiva, que ahora mismo se encuentra apartada de su trabajo viviendo en Oporto centrada en el cuidado de sus hijos Martín y Lucas, ha utilizado su cuenta de Instagram para recordar lo que vivió esos días. Días en los que durmió muy poco y vivió con mucha intensidad.
"Un 12 de julio como hoy de hace 8 años aterrizábamos en Madrid en medio de un calor sofocante después de vivir una de las noches más increíbles de nuestras vidas. 11 horas de vuelo en las que fue imposible dormir. Veníamos en el avión de la selección española, la campeona del mundo. ¿Quién podía querer dormir esa noche? Recuerdo entrar en la tele a toda prisa. Tenía hora y media para prepararme y marcharme corriendo a Príncipe Pío donde tendría lugar la gran celebración con los aficionados", comienza escribiendo junto a una foto que pertenece a un momento de la celebración del triunfo por las calles de Madrid luciendo ella un vestido rojo. "Estaba pálida, ojerosa, cansada y no me veía con nada"
Un vestido rojo muy acorde con La Roja, pero que le costó muchísimo elegir: "No había tiempo para nada, apenas retocar el maquillaje que llevaba 20 horas en mi cara, cambiarme de ropa y preparar unas "entradillas". Después de más de un mes en Sudáfrica con una temperatura de 2 grados sin quitarnos los abrigos, el momento "vestido" fue complicado. Y eso que @mayte1969 tenía preparadas varias opciones, cada cual más bonita, pero no nos aclarábamos. Estaba pálida, ojerosa, cansada y no me veía con nada. De repente apareció "el vestido rojo". Era de Mango, de temporadas pasadas, me quedaba algo grande y estaba usado pero era "ése". Todas las que estábamos ahí lo vimos claro. Con las prisas me puse unas sandalias un número más grande que el mío y salí corriendo", continúa.
Un relato en el que también ha contado cómo por los pasillos de Telecinco le abrazaban como si fuera alguien de la familia al que llevan mucho tiempo sin ver. Unas palabras que seguramente estaba escribiendo con una sonrisa en la cara y repitiendo en alto la frase con la que concluye: "Ha pasado mucho tiempo y hoy estaba pensando que es una inmensa suerte poder decir "yo estuve ahí". #TBT #eraunapipiola".