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Raquel Sánchez Silva tiene tiempo para todo. Aunque reconoce que es una privilegiada que no es ejemplo de nada, consigue sacar tiempo para presentar 'Lo siguiente' en La 1 y 'Maestros de la costura', también en la pública, para escribir libros, y encima es madre por partida doble, que como saben todos los padres y madres, criar a un hijo no es tarea fácil.
Pero ella puede con todo y parece que cuanto más ocupada está, más ganas tiene de hacer todavía más cosas. Una de ellas ha sido el libro 'El viento no espera', una novela coral y muy emocional cuya publicación ha provocado que se produzca una entrevista con Bekia en la que ha hablado de su obra y mucho más.
Bekia: ¿Cómo surgió 'El viento no espera'?
B: ¿Cuánto tiempo has tardado en escribir esta novela?
R.S.S: La primera vez que hablé de Carmen fue en el verano de 2015, me acuerdo por la primera escena de ese personaje. Después entre prepararlo, escriturarlo y estructurarlo estuvo hasta otoño de 2018, pero escribiendo estuve un año.
B: La novela se sitúa en Madrid, Algeciras y Tarifa. Entiendo que Madrid es importante porque es donde vives, pero ¿por qué son especiales para ti estas dos localidades gaditanas?
R.S.S: Algeciras está en la novela porque es el hospital de referencia para toda la gente de Tarifa, y en el hospital hay una trama importante de la novela. Algeciras lo toco desde ese espacio en el que estuve, pasé una tarde recorriendo el hospital. Allí pasa algo que es clave en la novela. Luego Tarifa es porque empecé a ir allí porque mi pareja practica kitesurf y yo iba con él. Primero iba por acompañar, pero como yo no hago kitesurf porque me da miedo, empecé a pasear más que a navegar las olas. Paseando, conociendo a la gente de allí me pareció que era un lugar muy especial y literario. Tarifa es una especie de lugar refugio y hay gente que ha ido para dos semanas y lleva 10 años, personajes que vienen de todas partes del mundo y nadie pregunta por qué... es un lugar que acoge a aquellas personas que quieren iniciar una nueva vida y me pareció una buena excusa literaria para las historias de todos estos personajes rotos que sitúo allí y que encuentran otro nuevo sentido a su existencia.
B: ¿Hasta qué punto te has inspirado en lo que has vivido y lo que has sentido a la hora de escribir este libro?
R.S.S: Es el libro más emocional y más mío que he escrito hasta el momento, y no ha sido queriendo. Ha pasado así porque una vez me puse a escribirlo necesitaba dejarme llevar por muchas cosas. Muchas veces te dejas llevar por lo que te pasa y utilizas la literatura como una especie de terapia o una manera de examinarte a ti misma. No hay ningún personaje en el que me pueda reconocer, pero todos los personajes están un poco salpicados de mí y de mi vida; desde una gran amistad con una amiga que falleció y que está en la novela, la amistad que Carolina tiene con Elena, hasta hemos sentido el amor, el dolor, la rabia o la pérdida... He utilizado mis emociones para todo eso, y además, como es una novela muy coral, necesitaba todos los recursos sentimentales de los que pudiera tirar, porque evidentemente estaban en mí.
B: Efectivamente este libro es muy coral. ¿Quién es tu personaje favorito y por qué?
R.S.S: Todo el mundo me dice que escribo mucho sobre mujeres y yo digo '¿de verdad?', pero mi personaje favorito del libro es un hombre, es un vagabundo, que no habla, vive en Tarifa, no interfiere en las vidas de los demás, pero todo el mundo se ve precipitado hacia él por una u otra cosa, desde las cosas buenas hasta las malas. Es un hombre que tiene un gran secreto y que es troncal dentro de la novela. Y ese es mi personaje favorito, mi vagabundo de ojos verdes que vive en un portal de Tarifa
B: Hay un personaje, Darío, periodista, que no deja muy bien a sus compañeros de oficio. ¿Te has cruzado con alguien así?
R.S.S: Nooo, y menos mal, que no me lo cruce, por favor. Darío es una caricatura, una exageración, es un psicópata, una persona que tiene un problema muy serio, es el malvado más oscuro que he escrito nunca. Yo eso no lo he vivido y no lo quiero vivir, pero si es un personaje extremo que con su sola presencia abre un debate acerca del respeto por la verdad, de realizar un buen ejercicio periodístico, de la utilización de la prensa de una forma poco ética... Yo he utilizado a Darío para eso, pero no, yo no conozco a ningún Darío en la prensa española y no creo que lo haya y espero que no esté en ninguna parte. Antes de nada quiero decir que hay gente que me ha dicho que he escrito a un periodista que es muy malo, y sí, es verdad, pero yo conozco a periodistas muy buenos. Que yo ponga el foco en la novela sobre un mal ejercicio del periodismo, no significa que yo crea que hay un mal ejercicio del periodismo generalizado. El periodismo es mi profesión, la que amo y que me hace sentir muy orgullosa en muchas ocasiones. El periodismo sigue siendo fundamental y necesario, y eso es lo más importante de este debate. Pero, me da un poco de miedo cuando veo que no hay titulares como tal y son solo preguntas o información no contrastada... pero yo sigo disfrutando del periodismo de este país.
B: ¿Lees los comentarios negativos en la prensa o en las redes sociales?
R.S.S: Las redes sociales hay que examinarlas como lo que son. En ellas siempre hay gente hablando, y a una persona anónima no le puedes pedir responsabilidad, le puedes decir que se controle o le bloqueas o pedirle que se quite de encima su odio, pero no le puedes exigir una responsabilidad salvo que entre en lo delictivo. Hay personas cargadas de rabia y de odio, que también hay un personaje en mi novela que es así, pero ¿qué podemos hacer? no podemos hacer nada, pues pobrecito y ya está, qué pena estar todo el día cabreado. Eso no tiene nada que ver con el periodista, porque es un profesional y se le tiene que exigir profesionalidad. Esa es la diferencia entre medios y redes. Yo las redes las uso con mucha moderación, no le entrego mi vida a las redes sociales, y además me niego. Si quiero entrar, entro, y si no, descanso. Las redes sociales son importantes, pero no son obligatorias, es algo que se elige, solo merece la pena si te sientan bien.
B: ¿Tienes algún referente a la hora de escribir?
R.S.S: Las personas que me gustan escribiendo están muy lejos de mí. Sería arrogante por mi parte decir que hay algún tipo de reflejo de su literatura en la mía, y además es mentira. Si me preguntas si tengo escritores favoritos como lectura sí que tengo muchos, pero como escritora no estoy a ese nivel.
B: ¿A quién admiras?
R.S.S: Me encantan Dolores Redondo, Almudena Grandes, Espido Freire, que además es amiga, Juan Gómez-Jurado, Ian McEwan... hay muchos autores que me gustan. Luego está 'Del color de la leche', de Nell Leyshon, que me parece uno de los libros más bonitos que he leído en los últimos dos o tres años. Yo solo estoy aprendiendo a escribir.
B: ¿A qué presentador o presentadora admiras?
R.S.S: En todos encuentro algo que admirar. Admiro la espontaneidad, naturalidad y buen rollo de Roberto Leal, la valentía, osadía y autenticidad de Mercedes Milá, el sentido del espectáculo de Jesús Calleja, el sentido del rigor de Iñaki Gabilondo, del que soy fan y amiga, la pasión con la que hace las cosas Jon Sistiaga... Admiro y quiero a Jorge Javier Vázquez porque ha sido uno de mis compañeros de televisión más generosos y cariñosos conmigo... y podría seguir, porque en la tele hay gente muy maja. ¡También Christian Gálvez, Pablo Motos y el Gran Wyoming!
B: Ahora que mencionas a Jorge Javier Vázquez, ¿echas de menos 'Supervivientes'?
R.S.S: 'Supervivientes' y 'Pekín Express' son programas que siempre se echan de menos, te marcan para toda la vida en el buen sentido de la palabra. Son experiencias de vida, son maneras de vivir la televisión de otra forma, lejos de un plató y viviendo en otro lugar. Si no los echara de menos sería una persona con poco corazón, porque haciendo estos programas fui completamente feliz. Son dos formatos que son parte de mi vida.
B: ¿Te ha resultado más complicado triunfar por ser mujer? ¿Piensas que si hubieras nacido hombre lo hubieras tenido más fácil?
R.S.S: No. A lo mejor hubiera tenido otro salario, porque es verdad que la brecha salarial está presente prácticamente en todas partes y en la tele también. Mi nombre ha estado en mesas para presentar y se lo han dado a un chico, pero también otras veces había chicos y me lo han dado a mí. Nunca me he sentido discriminada por ser mujer haciendo televisión, es más, creo que he tenido muchísimas oportunidades. Creo que hay otros debates, como el de la brecha salarial, el tema del embarazo y el trabajo... pero en mi caso, desde luego no me he sentido discriminada por ser mujer.
B: ¿Has vivido alguna situación desagradable por ser mujer?
R.S.S: Bueno... Creo que todas las mujeres nos hemos topado antes o después con alguna situación incómoda o desagradable en mayor o menor grado. A mí no me gusta ponerme de ejemplo de nada, ni para lo bueno, ni para nada... no soy ejemplo de nada. ¿Hemos vivido las mujeres situación desagradables con hombres? La mayoría sí. ¿Hay que poner todo el empeño en que eso no ocurra? Por supuesto. ¿Hay que educar para que eso no ocurra? Sí. Para mí, lo más ilusionante es que estamos educando a unas generaciones que cuando se conviertan en adultos, es que no va a ser ni siquiera una elección, es que no va a existir otra forma de vivir. No va a existir otra forma de vivir que en igualdad y respetando y no va a haber otra manera de entender la vida, y a mí eso me llena de optimismo. Todos los cambios que se van a producir, que son muchos, los vivo desde la colaboración, y no la confrontación, desde la alegría, y no desde el enfado, desde lo constructivo, porque no sé vivir las cosas desde la otra manera y creo que será así como salga bien. Es bueno para hombres y mujeres y todos tenemos que luchar por ello.
B: ¿Crees que la educación es fundamental para acabar con el machismo y la homofobia?
R.S.S: Es lo más importante, sí. Es la base, lo que hace que el viento no se lo lleve. La educación tiene que ser la prioridad, formar a la sociedad del futuro, una sociedad que nos tiene que mirar y decir que menos mal que rectificamos a tiempo.
B: ¿Cómo es Raquel Sánchez Silva cuando se apaga la cámara?
R.S.S: Soy una persona aburrida en el sentido más amable de la palabra. Soy rutinaria, ordenada en mis cosas, hago mucho deporte, paso mucho tiempo con mi familia y amigos... lo que hace casi todo el mundo que conozco. Me gusta leer, ir al cine y al teatro... sin demasiadas sorpresas.
B: ¿Cómo llegó a ti 'Lo siguiente'? ¿Sabéis algo sobre su continuidad?
R.S.S: Televisión Española lo va viendo, como todas las teles. Va todo tan rápido que todo puede estar hoy y no estar mañana. Dicho esto, 'Lo siguiente' vino a mí, entre otras cosas porque era algo que me apetecía hacer en televisión, que era presentar un magazine-entrevista en una televisión generalista, y más en una pública. Se presentó la oportunidad y fui a por ella aun sabiendo que era un riesgo enorme. Es un poco lo que pasa con los libros, sabiendo que una novela como 'El viento no espera', sé que no me lo voy a poner fácil a mí misma. La única manera de aprender es sorprender a retos mayores, y 'Lo siguiente' es así. Quedarse en lo que sabes hacer, en lo que siempre has hecho, no te ayuda a evolucionar, y aunque mi vida sea rutinaria, me gusta crecer.
B: ¿Pasaste por un casting o te seleccionaron directamente?
R.S.S: No sé si hubo un casting previo, a mí me llamaron, me contaron la idea y a partir de ahí empecé a trabajar.
B: Con la enorme competencia que hay en esa franja (access prime-time), ¿cómo convencemos a la gente para que a esa hora vea 'Lo siguiente'?
R.S.S: Lo primero con tiempo. Tenemos muy poca memoria del éxito o del fracaso. No tenemos memoria de los comienzos de nada, que la gente intente recordar cómo empezó 'Zapeando' o Susanna Griso en 'Espejo Público' o cómo empezo 'El Hormiguero'. las cosas tienen que hacerse, no puedes hacer un diario en un mes, en dos meses... eso no ha pasado nunca. Ni los concursos cuando son diarios pasa. La fórmula es tener el tiempo para encontrar la forma. TVE y la gente tienen que confiar.
B: Y de un programa a otro. ¿Cuando te propusieron presentar 'Maestros de la costura', esperabas que pudiera tener una segunda edición?
R.S.S: Yo no lo sabía ni en el cuarto programa, ni en el quinto, porque la tele es muy volubre. Para mí ya era un éxito haber hecho el programa, pero la renovación no era una garantía. Ahora estoy muy contenta y nos ha salido muy bien. Confío mucho en que tenga éxito porque hemos grabado una temporada maravillosa pero... ¿quién sabe? Yo confío mucho porque como producto televisivo es mejor que el del año pasado. crucemos los dedos y esperemos que sobreviva a la competencia.
B: ¿Y esos vestidazos que te pones te los puedes quedar o tienes que devolverlos?
R.S.S: Yo ya no tengo 20 años y esos vestidos son para tener 16. Entre lo que pesan, lo que aprietan... la costura, que tienes que estar todo el día de pie con ellos... Yo no soy modelo y a veces salgo hecha un cristo con los corsés, el peso de vestidos de metal, acabo rota... pero merece la pena. Hacemos un programa de moda y hay que hacerlo espectacular, no te puedes quedar a medias. Pero duele... sí.
¿Qué novedades hay con respecto a la primera edición?
R.S.S: El casting es muy potente a nivel costura. Hay gente que cose maravillosamente bien. De entrada parte de una base mayor que el global de la edición anterior. Es un casting muy emocional; todos los concursantes o la mayoría de ellos tienen unas historias personales potentes y han encontrado en la costura un refugio que los ha sanado en todos los sentidos. Les ha sacado de momentos malos y les ha ayudado. Es un casting con mucho amor y ponen mucho corazón en todo lo que hacen. Para mí ha sido un lujo conocer a estos aprendices y aprender de ellos, no a coser, pero sí a vivir. Son gente excepcional.
Ya veremos entonces quién desespera a Caprile...
R.S.S: Ya veremos qué pasa, a lo mejor Caprile se pasa toda la edición llorando.
¿Tienes más proyectos?
R.S.S: Ahora me quiero centrar en el libro, quiero viajar con él y estar en contacto con los lectores. También me quiero centrar en 'Lo siguiente', en que vaya cogiendo cuerpo, vayamos ganando y mejorando y cada día hacer un programa mejor. Esos son mis objetivos profesionales para 2019.