No es la primera vez que Raquel del Rosario viaja a las solitarias y blanquecinas playas de República Dominicana, pero sí la primera vez que lo hace en compañía del pequeño Leo. En 2013, el matrimonio fue por el trabajo de Castro y la cantante se quedó prendada de la tierra: "No tengo palabras para describir la belleza de aquel ligar, ni lo rico que estaba el pescado".
Como peces en el agua
Parece que la vinculación entre el agua y la relación con su hijo Leo es algo natural desde el día en que nació, debido a que eligió tener un parto en el agua. Además, para toda la familia el mar es especial, y lo disfrutan tanto en Canarias, como en Los Angeles (donde viven) o en cualquier lugar que visiten.