Sí, resulta muy entretenido ver cómo algunos rostros conocidos del panorama televisivo se ensucian las manos para preparar la cena, pero lo mejor de 'Ven a cenar conmigo: Summer Edition' es que permite a los espectadores colarse en la casa de los famosos sin miedo a enfrentarse a un delito por allanamiento de morada. En entregas anteriores fueron Ángel Garó, Olivia Valère y Melody los que abrieron las puertas de sus palacios para recibir a sus invitados, pero ahora ha llegado el turno de Raquel Bollo.
Vale, es cierto. La excolaboradora de 'Sálvame' no vive precisamente en una fastuosa mansión, pero por todos es sabido que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. La sevillana se ha tomado al pie de la letra este proverbio y ha sido capaz de preparar una deliciosa cena en una cocina tan estrecha que el microondas estaba puesto encima de la nevera. Lo que Bollo sí tenía a su alcance ha sido la Thermomix, de la que se ha valido para elaborar su menú... ¡Qué pillina!
El salón ya es otra historia, construido con un estilo moderno y minimalista. La ex de Chiquetete hizo gala de su buen gusto a la hora de decorar la estancia en la que sirvió la cena a sus comensales, y engalanó la mesa con un sencillo mantel blanco y un centro floral que nada tenía que envidiar a los de los hoteles de cinco estrellas. Además, un retrato gigante de Raquel Bollo en sus tiempos mozos presidía la sala de estar en la que los invitados degustaron la comida. Eso es lo que se dice cenar con vistas.
Visita sorpresa
Aunque para vistas ya estaban las de la terraza en la que la empresaria finalizó la velada. Aunque no era muy grande, los invitados pudieron pasar un rato agradable y Manuel Cortés, el hijo de Raquel Bollo, puso la guinda de pastel apareciendo por sorpresa y dejando a todos atónitos con su arte flamenco, ¡olé! Después de la cena, todos los comensales se mostraron muy contentos y coincidieron en que la sevillana había sido una estupenda anfitriona... ¿Conseguirá embolsarse los 3.000 euros?