No han sido tiempos fáciles para Rafael Amargo, quien ha tenido que hacer frente a un presunto delito de venta de drogas desde su domicilio. De hecho, ha estado incluso en la prisión de Soto del Real porque consideraban que había riesgo de fuga al no presentarse en los juzgados cuando le tocaba. Pues bien, parece que todo esto ya ha terminado y de la mejor manera posible.
La Audiencia Provincial de Madrid ha absuelto a Rafael Amargo de un delito contra la salud pública del que había sido acusado por la Fiscalía. Esto tenía relación con la supuesta venta de droga en su piso de Malasaña, en Madrid, algo que había sido investigado pero que ahora ha quedado descartado. Al igual que él, el exproductor Eduardo de Santos y el socio Manuel Ángel Batista León también han sido absueltos.
Desde el 12 de abril, Rafael Amargo se encontraba en libertad provisional, momento en el que el juicio quedó visto para sentencia. Este resultado de la sentencia llega porque la Sala considera que no se cumplieron las exigencias mínimas en lo que se refiere a la intromisión en el secreto de las comunicaciones, por lo que han declarado nula la intervención de los teléfonos de las personas investigadas.
Los magistrados han estimado que la base objetiva para pedir estas escuchas era " insuficiente para estimar que la medida fuera proporcionada con base a los elementos en que fundamentaban los agentes la sospecha de la comisión de un delito contra la salud pública". Además, también ha quedado excluido todo lo que se requisó durante el registro domiciliario, lo que ha llevado a la absolución.
Las palabras de Rafael Amargo
Rafael Amargo ha acudido al lugar acompañado por su mujer y ambos han salido muy sonrientes tras conocer la sentencia. Sin embargo, para Amargo han sido meses muy difíciles: " ¿Y ahora qué? ¿Quién me devuelve estos cuatro años? Ahora mismo muy nervioso, sobre todo quiero contárselo a mi padre y a mi madre que es a los que más se lo tengo que contar".
"Tendrá que dar cuentas el directivo de la publicidad que ha montado todo esto, pero ya veremos. El juicio ha terminado y estoy absuelto. No mareéis más la perdiz. Ahora que tengo la verdad de la justicia en mi mano, lo que tenga que hablar lo diré donde tenga que decirlo pero desde luego lo que quiero que sepan es que cuando les dije que llevaba razón la llevaba. Son cuatro años esperando, ¿y ahora qué?", concluía.