La actriz apenas tenía familia en el momento de su muerte, por lo que se desconoce qué pasará con su fortuna.
Silvia Tortosa ha fallecido a los 77 años debido al cáncer. Su muerte ha sido un sorpresa, porque no se sabía que estaba atravesando un momento tan delicado en su salud, pero lo que más ha sorprendido es su vida personal, ya que a la vez que se ha conocido esta triste noticia, se ha descubierto que no estaba con Carlos Cánovas, con quien tuvo una relación de 17 años. Discreta con su vida más íntima, no había trascendido que se había separado y que a consecuencia de este duro golpe para ella atravesaba una grave depresión.
Ahora no se sabe que sucederá con su herencia, que todo apunta a que será millonaria. La actriz tuvo una carrera repleta de éxitos gracias al mundo de la interpretación, y eso le aportó muchos beneficios económicos que no se sabe a quién irán destinados, porque no tenía descendencia ni pareja. Tampoco tenía hermanos, y sus padres murieron hace años, así que hay bastantes dudas al respecto. Su única familia directa eran sus primas, Elisenda, Laura y Cristina, quienes podrían ser las que se hagan con la millonaria herencia. No será hasta el momento en el que se abra el testamento cuando se tengan más detalles. Su patrimonio se fue engrosando con el tiempo, ya que decidió invertir, así que vivía de las rentas de varios pisos alquilados en Barcelona. También tenía un espectacular chalet en Puerta de Hierro, y su valor podría llegar a superar los dos millones de euros. En esta casa habría vivido con Carlos Cánovas hasta su separación.
Es más, tan feliz estaba en esta casa que recibió a la revista 'Su vivienda' en 2007 para hablar de esta propiedad, diciendo: "Me lo he podido permitir con mucho trabajo y ahorrando siempre, como una hormiguita y como buena catalana que soy. Tener espacio para disfrutarlo me parece importante, para estar a gusto y para disfrutar de él con tu gente, que es lo más importante. Yo no soy muy de salir, prefiero que vengan mis amigos a casa". Una fortuna engrosada
También engrosó su fortuna tras la inesperada muerte de uno de sus maridos, Charles Davis, con el que se casó en 1985 en Pensilvania. Tan solo tres meses después de su boda él falleció trágicamente y la actriz heredó una gran cantidad de dinero. Invertir lo que consiguió con esta herencia y con su trabajo engrosó su fortuna.