La reflexión de Sara Carbonero
Pasar un tiempo en el pueblo le ha permitido conectar consigo misma para volver a reencontrarse. Continuando con su escrito, Sara Carbonero ha tomado las palabras de Paola Klug sobre el poder de las trenzas para atrapar la tristeza: "Se enredan y entrelazan en esa trenza imaginaria que atrapa el dolor. Ese dolor que, en ocasiones, sumado a todo el ruido que enfrentamos cada día no nos deja ver lo esencial".
Además, Sara Carbonero ha querido hacer referencia a lo que siente por su familia: "Hijos con los que ya puedes tener conversaciones de adultos y pedirles consejos, una abuela a la que se le va olvidando nuestro nombre, pero no nuestras historias de cuando éramos niñas. Es lo más salvaje que podemos vivir. Es la aventura. Es la vida".
En el final del escrito, Sara Carbonero baja sus defensas y se permite mostrarse vulnerable para dejar claro que acepta y abraza todas las cosas que le lleguen, ya sean buenas o malas: "Gracias, vida, porque aunque estos años no me estás dando mucha tregua y me estás retando fuerte, el aprendizaje no sería el mismo sin tanta piedra en el camino ni mi nivel de conciencia tampoco".
Mediante este texto, la periodista se siente agradecida y ensalza el valor de su familia, su abuela, sus primos y su pueblo, donde encuentra "unos ojos a los que poder mirar fijamente y decir libremente" lo que siente, pues está lleno de "gente que abraza tu vulnerabilidad cuando la sacas a pasear".