El bucle de información y rumores que se ha generado a raíz de la muerte de Prince no solo se ha ampliado sino que han resurgido nuevos comentarios que deja la credibilidad del artista en un lugar un poco confuso. A pesar de que el cuerpo del artista ya ha sido despedido, las historias en cuanto a las causas de su muerte no han hecho más que empezar, pues tras su triste adiós íntimo y familiar, han salido a la luz los secretos más ocultos de la vida del rey de Minneapolis.
Su muerte fue un motivo de conmoción en todo el mundo, pues la forma repentina de irse ha derivado en más de un leyenda en torno a su nombre, aunque las autoridades estadounidenses han estimado oportuno iniciar una investigación para averiguar las causas de su muerte, lo cierto es que aún no se han desvelado detalles concretos. Los comentarios que han salido a la luz en cuanto a las vivencias más secretas de Prince están directamente relacionados con el lado más oscuro de la fama mal gestionada, las drogas y las enfermedades de transmisión sexual.
Y es que hace unos días se publicaba en el diario People que el cantante podría haber consumido unos analgésicos denominados Percocet. Un medicamento que al parecer consumía desde hace años en sus conciertos y que según experto del medio americano, los efectos que tiene es una estimulación mental y estado de euforia. Tras este hecho aún no confirmado se suma una lluvia de rumores también relacionados con el estado de salud cuando el cantante aún vivía, siendo la enfermedad del sida la responsable de la nueva polémica.
¿Tenía Prince Sida?
"Los médicos le dijeron que su hemograma estaba inusualmente bajo y que su tempreatura corporal había descendido peligrosamente" comentó una de las fuentes cercanas del artista al diario Enquirer. Una nueva situación controvertida que no ha derivado en un buen destino para la imagen del 'Príncipe del Pop', pues según las fuentes del cantante, este había sido diagnosticado con sida meses antes de su muerte.
El artista, según informan los testigos más cercanos, había caído en u n descenso de ánimos tras ser conocedor de la noticia : "Tenía la casa amarillenta y la piel del cuello le colgaba" confesaron a los medios americanos. Sin embargo el cantante de Minneapolis no perdió la fe en su Dios, pues aseguraba que no se sometería a ningún tratamiento porque su fe podría curarle.