Después de repartir su herencia y de luchar contra viento y marea, Cayetana de Alba, a sus 85 años, ha conseguido convertirse en una mujer casada por tercera vez. Tras una emotiva ceremonia celebrada en el Palacio de las Dueñas de Sevilla a la que asistieron una treintena de personas, la Duquesa de Alba ha dicho sus primeras palabras.
De luna de miel a Tailandia
En una entrevista concedida a 'La otra crónica' del periódico El Mundo, Cayetana ha confesado a Concha Calleja que está "afónica. Todo ha ido muy bien. Fue muy agradable y emotivo. Alfonso estaba muy pendiente de todo. Lo más importante es que nos queremos mucho. Él me quiere mucho y eso es lo quemás me gusta. Soy muy romántica".
Unas entrañables palabras que dejan ver a una Duquesa contentísima y enamoradísima que ha asegurado que está como "en una nube" y que se irán de luna de miel a Tailandia. "Es un lugar que siempre he querido visitar. Es donde más arte se conserva. De todas formas no lo haremos inmediatamente. Ahora queremos recuperarnos un poco y ver cómo evoluciona Eugenia", ha explicado Cayetana.
Muy pendientes de la evolución de Eugenia Martínez de Irujo
Y es que su hija, Eugenia Martínez de Irujo, continúa ingresada en el hospital madrileño Ruber Internacional a consecuencia de una varicela aguda que le ha provocado fiebre muy alta. Una enfermedad que le impidió asistir al enlace de su madre con Alfonso Díez.
Además, 'La Otra Crónica' cuenta cómo Cayetana de Alba ha cumplido a pies puntillas las tradiciones que siguen todas las novias. Así, junto al vestido de color rosa 'coquillaje' diseñado por Victorio & Lucchino que lució, la Duquesa l levaba algo azul, dos lacitos (uno en el vestido y otro en la liga), y algo prestado: "unos pendientes de doble lágrima y brillantes que ella le había regalado a Eugenia y que le pidió a su hija para la ocasión".