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Una semana después de que Pol Badía saliese de la casa de Guadalix de la Sierra,el exconcursante ha decidido abrir su corazón a la revista Lecturas para contar de dónde sacó las fuerzas y el valor para luchar contra la espiral de alcohol y sexo en la que cayó tras su ruptura con Adara Molinero, su compañera de reality en 'Gran Hermano 17' y 'Gran Hermano VIP 7'.
El catalán se ha sincerado definiendo aquella etapa de ruptura con Adara como un auténtico infierno del cual pudo salir gracias al que fue su pareja, el maestro Joao. "Empezó mi segunda vida", declaraba Badía haciendo alusión a su exchico cuando comenzaron su romance.
"Un año después de romper con Adara. Me costó mucho rehacer mi vida. Tuve otros problemas graves que me hundieron, murió mi abuela y un amigo. Estaba mal y lo pagaba con mi familia y amigos. Me dio por salir de fiesta, me bebía hasta el agua de los floreros, era mi forma de escape. Pero no toqué las drogas. Es un tema que tengo muy claro Veían que estaba fatal, pero no me dejaba ayudar. Me encerraba en mi habitación, les contestaba mal, comía a deshoras. Salía por y para ligar, sexo compulsivo, tres chicas en una noche. Te engañas a ti mismo. Los problemas siguen estando ahí", sigue sincerándose.
Pol Badía sufrió depresión
El exconcursante de 'GH VIP 7' ha confesado que tras su ruptura con la madrileña entró en un bucle llegando a padecer depresión. "Sí. Me refugié en la fiesta, autodestrucción pura y dura. Aunque nunca pensé en el suicido, me iba a dormir y pensaba que si no me despertaba me daba igual. No tenía ilusión. De no ser por Joao, no sé qué hubiera sido de mí", matizaba.